viernes, 14 de abril de 2017

¡ES TAN BONITA MI CIUDAD!



¡Es tan bonita mi ciudad!
Sus calles, llenas de verde,
en las que mi mirada se pierde…
a la que añoro en mi soledad.

Si cierto es que la esperanza
de verde viene vestida,
cuán grande será la mía
si, hasta donde la vista alcanza
el verde su mensaje lanza
de frescura y lozanía.

¡Es tan bello su contraste!
¡Tan bello!… si se compara
con los orines y “cacas”
que sobre las aceras destacan
mientras la oscuridad ampara
a los que en ella se cubren.

Yo, que quisiera otear en la lejanía,
debo fijar mi mirada en el suelo
para evitar, si es que puedo,
adoptar una “caca” como mía.
Porque ¡es tanto su esparcimiento!
Está tan plagada de ellas la calle
que no es raro que mi vista falle
y me encuentre, en un momento
con la mirada perdida,
el gesto brusco y violento
mientras, como puedo, intento
recuperar mi autonomía.

¡Si no fuera por el verde…!
¡Ay! No sé lo que de mí sería…
Entre tanto aparcamiento,
sin lugar de esparcimiento,
sin ninguna mejoría
que la limpieza me recuerde.

Más ya se sabe. Son de la ciudad los amos
ésos ciudadanos marranos
que, guardan en sus bolsillos las manos,
mientras sus perros van derramando
desechos y las calles ensuciando.
¡Y nadie hay, que les acabe multando!

¡Es tan bonita mi ciudad!
Sus calles, llenas de verde,
en las que mi mirada se pierde,
a la que añoro en mi soledad…



 
Seto de malvas en C/Padre Esplá,57

En una calle cualquiera, en un día cualquiera...

 

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