martes, 27 de noviembre de 2018

POLÍTICA Y BUENAS FORMAS


            Debe ser o, sin duda, lo es, que mi amor por la poesía hace que cada vez que veo una fotografía de Ximo Puig y Mónica Oltra lanzándose esas miradas tan elocuentes, en unas posturas de clara complicidad, tenga la sensación de que entre ambos hay algo más que la política. Al menos que la política en su parte más prosaica. ¿Amor platónico, quizá?

Foto Diario El Español


            Es posible que tales puestas en escena no sean más que, como se suele expresar, de cara a la galería y que entre ellos exista la misma compatibilidad que entre el tocino rancio y unas buenas lentejas, pero me parece una forma de apartarse de esas maneras zafias, arrabaleras, ridiculizadoras, violentas o insultantes que utilizan otros, cuando sus oponentes expresan su disparidad de criterio.

            ¿Es necesaria la banalización, el tratar al otro como si fuera idiota? Que la vida social y política se haya convertido en un permanente escenario de monólogos en el que, a derecha, a izquierda y a cualquier color se habla del otro, de sus ideas, de manera despectiva, no conduce, precisamente, a que avancemos hacia una sociedad más justa, más cabal…

            Las ideas, tanto buenas como malas, no son patrimonio exclusivo de una persona o de un partido político. Intentar, por tanto, desprestigiar todas las que no se me hayan ocurrido a mí, simplemente por eso, es falsear la verdad.

            Las ideas merecen siempre, al menos, intentar hacer un estudio somero acerca de su viabilidad para, si llega el caso, profundizar en ellas y ver qué grado de posibilidad hay en su aplicación.
Foto Diario La Vanguardia

            No es así, lamentablemente, como se actúa. Los puntos de vista que se aplican no están en función de las ideas o los proyectos. Están en función de si el que opina está en el gobierno o en la oposición. Y se aplica esto de tal manera que un partido en la oposición es capaz de silenciar una propuesta útil para todos, con tal de no compartirla con quien gobierna en ese momento; actuación que se repite, a la inversa, cuando quien gobierna rechaza una propuesta útil de la oposición.

            ¿Cambiaremos esto alguna vez?

            Volvamos, de nuevo a las imágenes de Mónica y Ximo. Tal vez estén en esa etapa que, superando las diferencias, conduce al amor y los ciudadanos de la Comunidad Valenciana podamos ser testigos de que siempre es posible, al menos, manejar las discrepancias de un modo civilizado.

Foto Diario Información



jueves, 22 de noviembre de 2018

CUESTIÓN DE PRIORIDADES


Mientras nuestro insignes políticos se dedican a hacerse la puñeta unos a otros o a hacer como que cumplen con “su” programa (que no “nuestro programa”), los ciudadanos nos encontramos vendidos y abandonados en un piélago de miserias que lo único que producen es náuseas y desapego.

Los ciudadanos no queremos ser testigos de espectáculos televisivos en los que unos a otros se insultan y arrojan mierda. Queremos soluciones.

De nada nos sirven los alardes de elocuencia, si las palabras no se corresponden con los hechos, si las palabras tienen el mismo valor que esa hoja desprendida por el viento en otoño que, finalmente, nadie sabe a dónde ha ido a parar.

En nuestra “gloriosa” Comunidad Valenciana, las noticias sobre el brutal aumento de listas de espera en sanidad que, en alguna especialidad, llega a situarse en un año, pone en evidencia que no se está trabajando en el buen sentido.

No es de recibo que las demoras en la atención sanitaria sean las causantes de agravamiento de enfermedades e incluso muertes. Y no solo eso, habría que preguntarse cuánto dinero supone el coste en medicación para mantener a un paciente en unas condiciones mínimas que garanticen que su dolencia no avanza.

Es preciso avanzar en medicina preventiva y no dar lugar a que esta tenga que ser, por falta de atención, curativa en el mejor de los casos.

Si quienes gobiernan la Generalitat Valenciana albergan el más mínimo interés en seguir de seguir haciéndolo, no lo están demostrando al permitir que se juegue con la salud de los ciudadanos.

Los titulares son bien elocuentes. 


Y, por si se han distraído, las próximas elecciones están a la vuelta de la esquina. Más vale que se anden con ojo. Luego no echen la culpa a quienes no gobiernan.



lunes, 19 de noviembre de 2018

ALCORQUES Y OTRAS COSAS




         Reconozco que hay palabras que me resultan evocadoras. Una de ellas es “alcorque”. Ya sé que hay quien confunde “alcorque” con “alcornoque” pero, aunque ambas empiezan y acaban igual, hay entre ellas una notable diferencia.
         Mientras el “alcorque” sirve de cobijo a un árbol y le acompaña en su crecimiento, el “alcornoque” lo más probable es que acabe en la barbacoa, asando chuletas o chorizos.
         Esto último no es tan raro porque, al fin y al cabo, entre los que gobiernan siempre se cuela algún “alcornoque” y, lamentablemente, no pocos “chorizos”, aunque nuestro grado de civilización no incluya entre las diversiones utilizar, en estos casos, la hoguera.
         Pero, siguiendo con los “alcorques”, ya he escrito en alguna ocasión la pertinaz sequía mental de quienes desde el Ayuntamiento de Alicante gestionan jardines, parques y arbolado público.
 Como si de algo indigesto, que hay que erradicar, se tratara, basta que un árbol se seque para que sea talado y, sin más explicaciones, se abandone al correspondiente “alcorque” al vacío más absoluto. Tan absoluto que no es infrecuente que se deje un buen vacío, tal vez con la intención de comprobar si los ciudadanos estamos atentos a donde pisamos.
Y hablando de lo que pisamos, ¿qué decir de los “regalos” con que nos obsequian cierto número de propietarios de mascotas? Porque no son las mascotas las responsables de que calles y aceras presenten aspecto y aroma poco agradables. Son sus propietarios ,voluntarios o involuntarios, que utilizan la mascota como florero y no como un ser vivo al que hay que cuidar y educar para la convivencia.
Me he preguntado con frecuencia si no sería necesario exigir un certificado de idoneidad que acredite la capacidad, no tanto física como intelectual, de quienes ostentan la propiedad de una mascota.
Pero lo que resulta lamentable, vergonzoso e indicativo de hasta qué bajo punto ha llegado el nivel de educación cívica, es la comercialización de “juegos” en los que la mierda (sin paliativos) sea el elemento central de la diversión (¿?)

Aunque, volviendo al poco interés de nuestros ediles, nada me extrañaría que, en las próximas festividades, el Ayuntamiento de Alicante obsequiara a los niños con estos “fantásticos y educativos” juguetes, para que se vayan haciendo a la idea del futuro de ciudad que les espera.