miércoles, 3 de mayo de 2017

¿QUÉ PASA CON VENEZUELA?



     Resulta difícil abstraerse de la situación que, según los medios de comunicación, están sufriendo los ciudadanos de Venezuela y no solo por el hecho en sí, sino recordando que fue un país de acogida para muchos de nuestros conciudadanos.

     Aun suponiendo que las informaciones sean reales tan solo en una parte, no cabe duda que hay una polarización de los ciudadanos en dos bandos bien definidos, los que están a favor del Presidente Maduro y los que están a favor de los opositores.

     Las informaciones recogidas de venezolanos que residen en España ponen en tela de juicio las afirmaciones del Presidente Maduro quien parece más empeñado en mantener el poder que en resolver la situación que está enfrentando a los venezolanos.

     Para resolver sus problemas, el Presidente Maduro, en mi opinión, lejos de intentar un acercamiento de posturas está, cada vez más, alimentando el fuego del alejamiento. Para mayor abundamiento anuncia la separación de la OEA a la que insulta. Actuaciones, en fin, que están bastante lejos de lo que debía ser un político que gobierna y que nada tiene que ver con “el color” de sus ideas. Maduro está muy lejos de tener el carisma de Chavez y creo que este se equivocó al colocarlo al frente de Venezuela.

     Pero, en fin, la situación de Venezuela, por mucho que opinemos sobre ella, debe ser resuelta por sus ciudadanos, pero a la vista de lo que está ocurriendo en Siria, les aconsejaría que se calmaran un poco, que dialogaran e intentaran solucionar sus problemas sin llegar a apelar al recurso de las armas porque, al final, en una guerra ni siquiera el vencedor sale ganando; se destruyen las personas, las familias,  la economía y las infraestructuras para que, después, solo haya más empobrecimiento y los poderosos lo sean más aún que antes del conflicto. 

     Y está más que comprobado que los que menos padecen son, siempre, los instigadores de los conflictos.

     Ojalá unos y otros sean capaces de reflexionar y elegir el diálogo antes que la confrontación.

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