lunes, 25 de marzo de 2013

LOS DESPRESTIGIADOS MAESTROS





            Tengo la fortuna de contar, entre mis amigos, a varios profesionales de la enseñanza. Algunos de ellos comparten conmigo la etapa de la jubilación, mientras otros, los unos muy jóvenes y los otros menos, ejercen con toda dignidad esta vocación, que no profesión, intentando transmitir a otros sus conocimientos.
            Yo mismo he tenido la oportunidad de ejercer, aunque no en demasiadas ocasiones, como enseñante, que no profesor, en lo que he puesto mi empeño con la misma energía que en el trabajo cotidiano, intentando transmitir mi escaso saber y procurando no hacer llegar a mis alumnos ni un ápice de mi ignorancia, sin duda muy superior a aquél.
            Quizá por estas razones, al haber , recientemente, leído y visto reportajes acerca de la falta de conocimientos de algunos maestros, que ha sido objeto de reiteradas críticas y expuesta a la opinión pública como ejemplo, no acierto a saber muy bien de qué, he decidido que debo romper una lanza a favor de ellos  porque, en general, su trabajo no es lo suficientemente apreciado por parte de algunos padres ni  alumnos y, por otro lado, nuestros políticos no se han distinguido nunca por su afán en dotar a la enseñanza de los medios necesarios para obtener un alto nivel de calidad. ¿Alguna vez, antes de implantar una modificación en el sistema educativo, se tuvo en cuenta la opinión de las partes implicadas?
            Ni todos los maestros son unos ignorantes, ni todos los que ejercen la profesión de enseñar son maestros. Habrá muchos que no han tenido otra opción para conseguir el dinero que les permita satisfacer sus necesidades primarias. ¿Acaso debemos culparlos por ello?
            ¿Alguien se ha planteado que un elevado porcentaje de ignorancia entre los alumnos de una clase no es problema de ellos, sino del profesorado, incapaz de transmitirles interés por los conocimientos? Quiénes enseñaron a estos maestros que ahora se exponen a la opinión pública como ejemplo de un mal sistema educativo, ¿fueron exigentes, como hay que serlo en un tema tan serio?; ¿les permitieron avanzar a otros cursos conscientes de su ignorancia?
Cualquier sociedad que quiera alcanzar un desarrollo sostenible no puede plantearse la educación como un asunto intrascendente, o de economía y, por tanto, prescindible o que se puede relegar a segunda fila, si hay que elegir.
Por otra parte, la formación de una persona sin inculcarle valores (seguro que alguno se preguntará de qué estoy hablando) como esfuerzo, respeto o  responsabilidad, supone dejar de lado el componente humano de la formación con lo que es posible que consigamos formar expertos profesionales y técnicos, capaces de reclamar los derechos que les corresponde como miembros de la sociedad, pero ignorantes de los deberes y cargas que conlleva el ser parte de la misma.
Lamentablemente, temo que ninguno de los políticos que están en primera fila sea capaz de hincarle el diente a este asunto. Unos y otros están demasiado ocupados en convencernos de que debemos apretarnos el cinturón o que su oponente tiene la culpa y todos,, seguramente, preferirán que no haya demasiada formación, porque quien sabe es capaz de pensar , deducir y preguntar, lo cual sería demasiado incómodo, porque habría que dar muchas explicaciones.

Dedicado a mis queridos amigos Pepe y Rosa Mari

2 comentarios:

  1. Incluso es posible que si la formación fuese buena acabaríamos teniendo buenos políticos

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    1. Creo que ambos hemos compartido buenos y malos profesores, pero había alicientes para no perder el afán de saber.
      Lamentablemente se ha apartado la enseñanza en favor del beneficio a corto y medio plazo, cuando ganar dinero es más importante que estudiar.
      Actualmente asisto a clase de inglés en un centro de formación para adultos y hay un porcentaje elevadísimo de jóvenes que tienen sólo la enseñanza básica y ahora, estando en situación de desempleo, intentan formarse para poder acceder a un puesto de trabajo.
      Muchos políticos hicieron una trayectoria parecida. De la escuela a la política, sin haber aprendido eso de "con el sudor de tu frente"

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