miércoles, 19 de septiembre de 2018

VAYA VALLAS


Seguramente son un tipo algo raro, porque resulta que me fijo en cosas de la ciudad en las que otros no tienen interés alguno y que, para mí, dan a conocer el interés que los gobiernos municipales le prestan.

Hoy me preocupan las vallas. No esas de los solares, que aparecen pintarrajeadas sin que sancionen a los incívicos, ni esas otras donde las empresas publicitarias cuentan mentiras o enmascaran la verdad para incitar a los incautos a caer en la trampa del consumismo.





Las que me preocupan hoy, son esas otras vallas que se colocan, generalmente, a ras del suelo y que delimitan una zona determinada, o no delimitan nada y permanecen pegadas a la pared o en mitad de la acera.


Me preocupan esas vallas que, durante meses, rodean cualquier obstáculo o infraestructura defectuosa y permanecen allí, olvidadas, sin que nadie se atreva, al parecer, a resolver el problema por el que fueron situadas, o bien permanecen allí, pese a que ya no haya problema que resolver.

Me preocupa el abandono que sufren porque, con toda probabilidad, una parte de ellas es mía, pagada a través de mis impuestos y, por tanto, contribuye, en su abandono y olvido, a que se adquieran otras vallas para sustituirlas, lo que conduce a que se realice un gasto improcedente, en detrimento de otro más necesario y urgente.

No hablo de una ciudad ignota, pequeña y con escasa población. Hablo de Alicante, ciudad en la que nuestros políticos locales, quizá emulado aquello de “a donde vayas, de los tuyos haya”, practican el lema “vayas a donde vayas, encontrarás una valla”.





2 comentarios:

  1. Te felicito. Me gustaría mucho que el Alcalde lo leyera y sintiera la resposabilidad moral que tu experimentas. Un abrazo.

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  2. Si lee mi correos los tira a la papelera, al parecer

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