lunes, 10 de noviembre de 2014

EL INSPECTOR SUAREZ Y EL ASESINO VEGETARIANO(VII)

(continuación)


“Creo que ya tenemos al asesino” dijo el inspector a su subordinado, añadiendo: “consígueme varios recipientes estériles y haz que vengan el empleado del supermercado,  Ángel Domínguez y  Arturo Soria. Cuando lleguen, les tomas declaración . Es importante que concreten con quien estuvieron, qué cenaron y a qué hora vieron a la víctima. Antes de interrogarles les pides que dejen un muestra de orina e identificas con sus firmas en cada uno de los recipientes a quién corresponde”.
Dos horas más tarde el Inspector Suarez tenía sobre su mesa las declaraciones de los tres presuntos imputados y las muestras de orina. Leyó atentamente las coartadas  y destapó cada uno de los recipientes de las muestras, acercándoselos a la nariz. “Bien, bien” exclamó y, después, llamó por el interfono: “Antón, tráelos al despacho “.
De inmediato Antón apareció con el dependiente del supermercado, Ángel Domínguez y Arturo Soria. Este último inquirió sobre las razones de su venida a la comisaría y el inspector indicó que no tenían nada de qué preocuparse, si eran inocentes. Que tan pronto se confirmaran algunos detalles podrían volver a sus ocupaciones.
“Veamos, dijo el inspector al repartidor del restaurante, “según ha manifestado, llegó al apartamento de la señorita  Bermúdez alrededor de las ocho de la noche, le dejó los recipientes con la cena que había encargado y se marchó. ¿Cierto?”
“Así es, inspector; dejé el pedido en la cocina  y unos diez minutos más tarde salí. Víctor, el vigilante, estaba haciendo un crucigrama y me preguntó por una palabra de cinco letras, equivalente a fallecer. Yo le dije “morir”. Finalizada su explicación, el empleado del restaurante miró de manera inquisitiva al Inspector Suarez. Este se limitó a asentir con la cabeza y, haciendo un gesto con la mano le indicó que esperara.
“Una pregunta más, añadió el detective, en su declaración  afirma que cenó lasaña y huevos pasados por agua. ¿Está  seguro de que no tomó nada más?”
“Por supuesto, así es”, respondió el interpelado.

(continuará)


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