Las patinadoras giran sobre si mismas, una y otra vez. Algunas, sin duda ya veteranas, realizan sus movimientos con una soltura y agilidad que acredita muchas horas de entrenamiento. Otras, sin embargo, parecen vacilantes y no pocas veces "aterrizan" a media pirueta.
Unas y otras, día tras día, no cesan en su empeño lo que, dada su juventud, me lleva a vaticinar un excelente desarrollo personal y profesional, si a estos ámbitos son capaces de trasladar esa pasión que las lleva a deslizarse por la pista, buscando la excelencia en sus movimientos.
Mi calendario de taco incluía ayer una cita de Matt Biondi que dice así:"Hay demasiado énfasis en el éxito y en el fracaso y muy poco en cómo la persona progresa a través del esfuerzo"
En parte de nuestra sociedad, se ha procedido a la sustitución de valores éticos y morales y la cultura del esfuerzo por otros "becerros de oro" como :conseguir dinero como sea, el poder para someter, comprar porque hay que tener de todo, desarrollo salvaje e incontrolado, etc.
Se ha llegado así a una situación en la que la inmediatez ha sustituido a la excelencia y la competencia feroz ha sustituido a la colaboración y el trabajo en equipo. Importa mucho más ser buen médico, ingeniero, etc. que ésos valores que hacen del hombre un "ser humano" y se considera el fracaso como un estigma, cuando no ha dejado, nunca, de ser una oportunidad para empezar de nuevo.
No sé cuando llegará, ni si se producirá, ése despertar necesario para que dejemos de hacernos la puñeta unos a otros y nos dediquemos a reconstruir la sociedad humana que necesitamos.
Podemos empezar, cada uno, por el que tiene más cerca
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