miércoles, 21 de diciembre de 2016

LA CONCEJALA, LA FILOSOFÍA Y LOS CARACOLES





La lectura de informaciones acerca de las andaduras de nuestra Concejala de Juventud y Protección Animal, Marisol Moreno, me ha llevado a repasar cuestiones filosóficas casi olvidadas, que creo vienen al pelo a la situación actual, habida cuenta de que quienes componen el tripartito que gobierna Alicante se llevan como el perro y el gato
Entre otras cosas, debo reconocer que estaba un poco errado (que no es lo mismo que herrado) a la hora de cuestionar la dualidad del nombre de la Concejalía: Juventud y Animal.
He tenido que releer a Aristóteles para salir del error, puesto que el célebre filósofo, allá por el año 350 a.C ya significaba al hombre (entiéndase ser humano, hombre y mujer) como “animal político “ (extiéndase lo de animal a macho y hembra, mejor que “animal y animala”). Si aceptamos (¿y por qué no?) que el hombre es un animal (racional y bípedo, aunque, al menos uno de estos adjetivos, es cuestionable en multitud de casos) y que en una etapa de la vida es joven, queda claro que el nombre de la Concejalía es adecuado.
Aunque bien cierto es que discrepo de alguna de sus afirmaciones(de Aristóteles), como cuando expone que: “la naturaleza no hace nada en vano y el hombre es el único animal que tiene la palabra”, porque a este párrafo le añadiría, “y sin tener cuatro patas, da muchas coces”
Abundando en el tema, puesto que también dijo que “para vivir en soledad hay que ser animal o dios”, queda claro que hay muchas personas (sobre todo políticos) que se creen dioses y, a lo peor, son, simple y llanamente, animales (y así se comportan). Aunque luego, Nietzsche vendría a decir que hay que ser animal y dios, o sea, filósofo . Bueno ,es una opinión a considerar,aunque habría mucho que hablar del bacalao.
Pero, siguiendo con el tema de los animales. La filosofía budista, según se dice, entiende que “los animales son conscientes sólo del presente, viven sin ninguna preocupación por el futuro”, lo cual, por mi experiencia vital se aproxima mucho al modo de actuar del político, amigo de la solución al momento. Véase, sino, lo que ocurre, sin ir más lejos, con la generación de energía eléctrica mediante tecnología nuclear, en controversia con los medios no contaminantes.
El budismo anima a amar a todos los seres vivos y no solo al ser humano; afirma que no es correcto que arrebatemos la vida de cualquier ser vivo, no hay que abusar de nuestra inteligencia para destruir a los animales.Yo diría, más bien, que no es, precisamente, la inteligencia lo que brilla, porque no tenemos inconveniente en acabar con la pesca, esquilmar los terrenos con agricultura intensiva y cebar a los pollos para que alcancen en cuatro días el desarrollo que, normalmente llevaría un mes.
Evidentemente, tenemos a diario ejemplos de que nuestro amor por los animales es un tanto diferente al que predicaba  Buda ( me atrevo a decir que no le hacemos ni caso) y, quizá por eso, nuestra querida Concejala de Juventud y Protección Animal, que tal vez sea afín a la filosofía budista, no tiene inconveniente en oponerse al Alcalde o a quien sea y actuar en una defensa a ultranza de los animales, con la consecuencia de que los Reyes Magos tendrán que arrinconar para siempre los camellos, Papá Noel utilizará moto, mientras los renos comen plácidamente en su redil y los demás mortales vamos a olvidarnos del arroz con caracoles, porque no hay derecho a que los vendan en los mercados apretujados en bolsas de malla en las que los únicos que pueden sacar la cabeza son los situados en su periferia, mientras los del centro apenas pueden moverse. Aunque ahora que me fijo, esto es lo que ocurre, también,  con algunos partidos políticos.
En fin, para terminar, lo que no sé es qué pasará con el arroz con pollo, el chuletón de Ávila y los cochinillos de Segovia, aunque, como estos últimos están un poco más lejos, puede que no les llegue el afán proteccionista de Doña Marisol.



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