lunes, 4 de febrero de 2013

DIARIO DE UNA AUSENCIA




ÚLTIMO DÍA.-Espero que este sea el último día de este diario porque como la ausencia, si todo va como esperamos, finaliza hoy, no tiene objeto su continuidad, al menos bajo este epígrafe.
Cuando llegue mi viajera esposa se encontrará con todo limpio y ordenado. He aprendido sobre la marcha varias cuestiones hogareñas, que me reafirman en que el único sexo débil es el hombre. Bueno, hoy una macro-lavadora pondrá fin a la última(también) colada de esta ausencia, que espero quede lista para después de la comida, como así sucede.
Después del aseo y desayuno dedico un rato a estudiar inglés pues, aunque no aspiro a ser jefe de ningún gobierno no viene mal, aunque sea sólo por darme el gusto de entender los titulares de los periódicos y el menú del restaurante cuando viaje por algún país no hispano-parlante.
Hago la compra y luego me voy a dar una vuelta por “la ruta del colesterol”, una avenida cercana que permite hacer caminatas sin obstáculos durante un buen rato, aunque prefiero las de larga distancia, como suelo hacer en verano.
Alrededor de las dos de mediodía regreso a casa y preparo la comida. Mientras como digiero como puedo las declaraciones de “tú más” que se prodigan nuestros estimados políticos. Que me han inspirado unas viñetas.
Actualizo correo y blog. Me llama mi viajera preferida Para comunicarme que, hacia las ocho y media de la tarde llega su tren.
Voy a la estación y me encuentro con nuestras amigas P y L. Más tarde llega un hijo de MJ, que viene a recogerla.
El tren es puntual. Nos besamos y abrazamos, dedicando unos minutos a cambio de impresiones sobre el viaje. Nos retiramos tal como se dice “cada mochuelo a su olivo” y ceno sólo porque los viajeros han comido un bocadillo en el tren.
Ha sido grato redactar este diario que hoy a llegado a su fin. Continuaré con el blog intentando que no me afecten demasiado las genialidades de estos políticos de los que no es justo decir que “tenemos los que nos merecemos” porque nadie es tan malo como para desearle este mérito.
Hasta la próxima.




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