sábado, 12 de diciembre de 2015

EL ÁRBOL DE NAVIDAD

     Aunque nuestros ediles del gobierno de Alicante ha decidido que lo del belén no va con ellos, porque es cosa religiosa y estamos en un estado laico, no  han vacilado en  plantar el Árbol de Navidad, lo que no deja de ser una incoherencia, puesto que la Navidad sí tiene que ver con la religión.
     Como dicen los refranes, "cada maestrico tiene su librico" y "deja al maestro, por burro que sea". Así que, para qué vamos a enzarzarnos en discusiones cuando hay cosas más apremiantes que exigen nuestra atención y, casualmente, porque es Navidad.
     No es que en Navidad ocurran cosas más graves que en otros momentos, no. Lo que sucede es que se aprovecha el momento para acordarse de que, también en Navidad, hay personas sin techo, sin abrigo, sin comida...Entonces parece que las entrañas se remueven un poco (tampoco hay que pasarse) y unas personas se vuelcan en ayuda de las otras, que lo necesitan.
     Hay quien dice que es el Estado quien debiera preocuparse, pero ya sabemos que, para el Estado, cuentan xxxx  número de personas con pocos ingresos (así, sin más), en tanto que para muchos ciudadanos se trata  de personas, cada una con un rostro, un nombre y un problema.
     Pero volvamos al árbol.  Ése que es adornado con bolas brillantes, estrellas y angelitos. Ése, bajo el cual en muchos hogares se colocan los regalos y que los grandes almacenes utilizan como señuelo para que compremos más.
     ¿Qué tiene de fascinante ese árbol ?
      Debe ser mucho. Tanto como para que el Ayuntamiento de Alicante permita que los arbustos que crecen en la ciudad y tienen forma de abeto sirvan de adorno y alegren la vista . Todo un reto para las Concejalías de Atención Urbana e Imágen Urbana
     Y todo un detalle en esta sociedad materialista y ocupada, sin tiempo para otra cosas que el circo 
( perdón, el fútbol) y el consumo aberrante.



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