viernes, 13 de febrero de 2015

DESAHUCIOS

Quien pase por la Avda. de Alfonso el Sabio (Alicante) en las proximidades del mercado municipal verá algunas personas acampadas a la puerta de una entidad bancaria. A menudo, se unen a ellas miembros de STOP Desahucios- PAH y otros que, por curiosidad o convicción, quieren apoyar a Paco y Sonia (ambos parados de larga duración con menores a su cargo) ,  en su petición de que les sea condonada su deuda con la entrega de la vivienda.

Uno entiende perfectamente que los bancos se parecen a la Madre Teresa de Calcuta como un huevo a una castaña.  Entiende , también, que la función de un banco, como empresa, es obtener beneficios. Uno quisiera, también, que aplicaran tanto esfuerzo en que sus actuaciones fueran justas como el que dedican a aplicar los intereses y comisiones a sus clientes.

Y digo justas, porque el hecho de que estén amparadas por la ley no las convierte en justas ni éticas.

Cuando algunas de las entidades financieras más importantes de España han sido esquilmadas por los dirigentes presuntos sinvergüenzas que, curiosamente, ninguno ha tenido que dormir a la intemperie , el mayor esfuerzo por parte del gobierno ha sido para ayudar a esas entidades y uno echa de menos que, paralelamente, no se haya actuado( con energía igual, al menos) con las personas desfavorecidas porque han perdido su trabajo y no han podido continuar pagando préstamos que, quizá,
no debieran haber sido concedidos, por exigir unas cuotas difícilmente asumibles.

Que el banco que no quiere condonar la deuda de Paco y Sonia no sea uno de los implicados en los presuntos fraudes o estafas, nada tiene que ver.

Así, mientras hay centenares de viviendas vacías (entre ellas, quizá, la que ocupaban Paco y Sonia) siguen produciéndose desahucios y la "maquinaria" del gobierno, siempre por detrás de las necesidades de los ciudadanos, cuando no en contra, avanza tan lentamente que más bien parece que este no es un asunto del que haya que preocuparse.

Todos aspiramos, no porque lo diga la Constitución, sino por necesidad vital, a disponer de un techo. Llegará el momento en que no haga falta reclamar ése derecho?

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