domingo, 27 de enero de 2013

DIARIO DE UNA AUSENCIA





NOVENO DIA.- Seguramente si el oficio de sereno se reimplantara, yo tendría futuro, porque duermo menos que un murciélago por la noche. La ventaja que tiene esto es que me permite pensar en las cosas que he de hacer a lo largo del día.
El caso es que a las 8 de la mañana ya había tendido la primera lavadora con las sábanas, luego me he aseado  y desayunado, hacia las 10 de la mañana.
He estado actualizando el blog y respondiendo al correo. He tendido otra lavadora
Mi viajera esposa me ha llamado para decirme que lo están pasando bien, pero que no nos quejemos de cómo está el transporte aquí, porque es de lujo comparado con el de Chile. Tiene la mosca detrás de la oreja con relación a cómo pueda ser el hotel. Aunque no lo pensaba, el coste de la vida es similar al de aquí y , según que cosas, incluso más caro. No lo entiendo.
Hoy, como casi todos los domingos, la actividad es mínima. Lectura del periódico o más bien de los titulares, porque hay pocas cosas interesantes y no veo qué aliciente tiene que todos los días me enseñen la foto de algunos de los múltiples golfos que dicen ser demócratas. Me viene a la mente el chiste del niño gitano que le pregunta al padre: Papa(sin acento), ¿que “e” eso de la “democrasia”? y el padre responde: Que “demo” “grasia” de que no nos quitan lo poco que tenemos.
Volviendo al periódico, hay tres o cuatro comentaristas que se pueden leer, pero el resto van siempre en la misma dirección y , francamente, yo también sé opinar, lo que quiero es tener información lo más limpia posible, para hacerme una idea de cómo van las cosas, sin necesidad de que me aporten ideas personales.
Lo más entretenido del periódico ha sido el crucigrama gigante y el sudoku.
Hoy he vuelto a comer con M y L y me he chupado los dedos con un arroz  al que sólo le faltaba llevarme el tenedor a la boca, para ahorrarme el esfuerzo. ¡Qué cosa buena es que lo aprecien a uno y lo inviten!
Por mi parte he llevado unas alcachofas al horno de las que preparé ayer porque a L le gustan y, aunque no puedo competir con tamaña cocinera, hago mis pinitos.
Después de comer he medio visto, porque me he quedado “frito” un pedazo de película americana de tíos malos que quieren que haya armas atómicas para que el miedo conduzca a la paz. ¿No sería mejor que quitaran las armas e hiciera, directamente, la paz? Pero claro, de qué vivirían algunos…
He vuelto a casa y recogido parte de la ropa tendida. Luego he rectificado un poema y he mandado a P los trabajos para la próxima revista de Jubicam.
Veo un correo de E y M . M me “pega la bronca” por escribir el diario. Le invitaré a unas cervezas cuando vayamos al pueblo , a lo mejor se calma.
La cena es ligera, manzana y yogur de soja, porque las calorías de la paella dan para hoy y mañana.
Veo la película Angeles y Demonios, que en su momento levantó polvareda en la iglesia Católica. ¿Cuándo la Iglesia volverá a su esencia? No lo veré, lamentablemente, pero me gustaría que la pompa, el boato y otras cosas dejaran paso a una intervención más cristiana en la sociedad.
Ya es tarde. Por si me leéis, buenas noches, queridos amigos. Buenas noches, cariño. Hasta mañana

2 comentarios:

  1. Me he leído los nueve días y el comentario de la mesa redonda y he de decir que me han gustado mucho. No sé cuantos días más durará el viaje pero trataré de no perdérmelos si los escribes.
    Este diario podría ser el inicio de un libro en el que tratases con más extensión el tema o temas de cómo contribuir, la gente de a pie, al cambio que tanto necesitamos y que tan difícil resulta. Puede ser una idea.

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  2. Gracias por tu comentario. Es una idea que está flotando entre las neuronas y puede que algún día llegue a la luz.
    En cuanto al cambio opino que no podrá producirse si esperamos a que otro dé el primer paso.
    Saludos

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