No pocas veces se muestran casos que ponen en evidencia las razones por las cuales los ciudadanos hemos perdido la confianza en algunas ( no pocas ) instituciones. Dicha falta de confianza viene a ser tanto mayor cuanto más próxima es la institución.
Es evidente que quien, realmente, es responsable de esta desconfianza son las personas que dirigen las instituciones; pero su actuación, generalmente continuada y repetitiva en el tiempo llega a adquirir tal envergadura que afecta al conjunto de las mismas.
Traigo hoy, lamentablemente, una vez más, el caso de los postes con instalaciones eléctricas y de telefonía, situados en la acera de la calle Gonzalo Mengual, de Alicante.
Dichas instalaciones que, colocadas en el año 2004, no debían permanecer más allá del tiempo estimado de ejecución de la obra que debía realizarse, no superior a un año, siguen aún en pie. Es decir, hace 10 años y 292 dias.
Nada importa que se hayan dirigido varios escritos a la anterior Alcaldesa, al actual Alcalde, a diversas Concejalías, al Sindic de Greugues; que se presentara en el Ayuntamiento un escrito avalado por más de 100 firmas de ciudadanos.
Nada importa, porque al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Alicante no le importan los problemas que afectan a los ciudadanos, cuya paciencia demuestra que han esperado, estoicamente, un gesto. Nada del otro mundo, por supuesto.
En un solo día es perfectamente posible resolver el problema.
Contrasta la lentitud en abordarlo con la celeridad en que se han llevado a cabo las innecesarias obras en diversas plazas de la ciudad. Más aún, hace 158 dias en que, según comunicación de la Concejalía de Urbanismo, se deberían haber realizado las actuaciones que solicitó a la de Atención Urbana.
Los ciudadanos somos capaces de aguantar muchas cosas. Pero no somos tontos. Sabemos distinguir entre el "No se puede", que es disculpable y el "NO ME DA LA GANA", que demuestra desprecio y al que los ciudadanos responderemos adecuadamente.
Esperemos que quede algún vestigio de responsabilidad en la Corporación Municipal y este asunto no se haya convertido en el argumento del, lamentablente, tantas veces esgrimido : " para lo que me queda de estar en el convento..."
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