Como
se preveía y gracias a las políticas partidistas que hemos estado soportando,
esta legislatura se inicia con ánimo de darle la vuelta a las leyes, para acomodarlas
a lo que los partidos de la oposición hayan escrito en sus programas
respectivos.
Así
que la cosa ha empezado con la LOMCE que, al menos en una de sus partes, ya ha
sido modificada con el buen criterio de llegar a un consenso entre todas las
partes.
Hoy
es la conocida como “Ley Mordaza” la que va a sufrir los embates de los
políticos opositores, en aras de que sea derogada. Será interesante seguir las
distintas razones por las que unos y otros desean esta derogación o su
permanencia.
Según
las informaciones de la prensa, también hoy, el político de ERC Gabriel Rufián
preguntará a Rajoy sobre las “políticas que está llevando a cabo el
Gobierno para fomentar el uso del preservativo”. Se supone que aquí
habrá una gran participación, habida cuenta de que los españoles de a pie
estamos bastante “jo…dos” desde que diversas pandillas de sinvergüenzas y
chorizos se aprovecharon de su militancia en los partidos para cometer delitos.
Veremos si alguien tiene el acierto de aconsejar que se lleve a cabo una
política efectiva de educación que considere las relaciones sexuales como algo más
que el “aquí te pillo y aquí te mato”, dada la relevancia que el tema
tiene.
En
más de una ocasión he escrito (y no soy ningún “lince”) que es necesario
establecer el mayor grado de consenso posible en todas las leyes y actuaciones,
precisamente para evitar que suceda lo de ahora, que las dictadas bajo el
influjo del famoso RODILLO, pasen a mejor vida con los cambios de gobierno .
Somos
muchos los que vemos en esta situación política una oportunidad única de
abandonar viejas formas y que los políticos, gobierno y oposición, hagan como
en otros países civilizados, actuar juntos para mejorar la situación de todos
los ciudadanos. Es hora ya de que las políticas “tribales” (de partido, si se
prefiere) desaparezcan. Si somos una NACIÓN debemos actuar como corresponde,
sino acabaremos como en tantos otros países en que los caciques dictan la
política y los demás solo recogen las migajas.