Nos hemos habituado a recorrer la ciudad y apenas nos fijamos en los detalles. Espacios que deberían haberse destinado a albergar zonas verdes que sirvieran de esparcimiento o, al menos, para alegrar el entorno y, con ello, dar una visión más agradable de la ciudad, están en permanente abandono, de tal manera que sería difícil, incluso, encontrar a alguien que recuerde si, alguna vez, especie vegetal alguna fue plantada con esa intención.
¿Por qué sucede esto?. Habría que preguntarse cual es el objeto de la Concejalía de Jardines de Alicante o, mejor, cual es la política que sigue para determinar dónde poner una zona verde, que mantenimiento hay que darle, etc.
En el caso presente, la calle Irlanda, en Playa de San Juan, es la salida de tráfico hacia Campello y, además, uno de los accesos a la propia playa, por lo que son numerosas las personas que, de un modo u otro circulan por ella. Esto no ha sido obstáculo para el completo abandono de los espacios que debieran albergar especies vegetales muy distintas a las que germinan espontáneamente y cuya utilidad, lejos de servir para embellecimiento y mejora del ambiente de la ciudad, serían excelente alimento para las cabras.
miércoles, 26 de septiembre de 2018
miércoles, 19 de septiembre de 2018
VAYA VALLAS
Seguramente son un tipo algo raro, porque
resulta que me fijo en cosas de la ciudad en las que otros no tienen interés
alguno y que, para mí, dan a conocer el interés que los gobiernos municipales
le prestan.
Hoy me preocupan las vallas. No esas de los solares,
que aparecen pintarrajeadas sin que sancionen a los incívicos, ni esas otras
donde las empresas publicitarias cuentan mentiras o enmascaran la verdad para
incitar a los incautos a caer en la trampa del consumismo.
Las que me preocupan hoy, son esas otras vallas
que se colocan, generalmente, a ras del suelo y que delimitan una zona
determinada, o no delimitan nada y permanecen pegadas a la pared o en mitad de
la acera.
Me preocupan esas vallas que, durante meses,
rodean cualquier obstáculo o infraestructura defectuosa y
permanecen allí, olvidadas, sin que nadie se atreva, al parecer, a resolver el
problema por el que fueron situadas, o bien permanecen allí, pese a que ya no
haya problema que resolver.
Me preocupa el abandono que sufren porque, con
toda probabilidad, una parte de ellas es mía, pagada a través de mis impuestos
y, por tanto, contribuye, en su abandono y olvido, a que se adquieran otras
vallas para sustituirlas, lo que conduce a que se realice un gasto
improcedente, en detrimento de otro más necesario y urgente.
No hablo de una ciudad ignota, pequeña y con
escasa población. Hablo de Alicante, ciudad en la que nuestros políticos
locales, quizá emulado aquello de “a donde vayas, de los tuyos haya”,
practican el lema “vayas a donde vayas, encontrarás una valla”.
domingo, 16 de septiembre de 2018
ALCORQUES DE ALICANTE Y (III)
11.Alcorque semi seguro: de características similares al anterior, pero que cubre únicamente el 50% de la superficie, con lo cual cabe la posibilidad de accidentes.
12.Alcorque casi seguro: de características similares a los anteriores, en el que solo un 25% de la superficie no es segura.
13.Alcorque peligroso
modelo A: no ha sido, en el momento de la plantación del árbol, suficientemente
relleno y las filtraciones de agua han dejado al descubierto oquedades
peligrosas.
14.Alcorque peligroso modelo B: carente de árbol, se ha dejado un agujero que puede provocar fácilmente la rotura del tobillo de un viandante distraído.
15.Alcorque muy peligroso: el tocón astillado y puntiagudo supone un elevado riesgo para los viandantes.
ALCORQUES DE ALICANTE (II)
6. Alcorque cenicero: talado el árbol tiene la utilidad de mostrar el grado de incivismo de los fumadores
7.Alcorque sellado: en este se ha dejado la protección de cemento y se ha rellenado el hueco central para evitar caídas.
9.Alcorque seguro: en él la protección de cemento rodea el tronco del árbol y cubre en su totalidad la superficie, permitiendo el paso seguro de peatones.
10.Alcorque semi seguro: de características similares al anterior, pero que cubre únicamente el 50% de la superficie, con lo cual cabe la posibilidad de accidentes.
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