El Castillo de Santa
Bárbara, en Alicante, es el lugar que muchos ciudadanos elegimos para respirar
aire puro, en un entorno de vegetación que, aunque no está en las mejores
condiciones, supone un contraste importante con el asfalto y el tráfico de la
ciudad.
Muchos son los espacios
desde los que disfrutar de frescor, dedicarse a observar las gaviotas o,
simplemente, sentarse a descansar.
Luego, cuando uno se ha
relajado y empieza a mirar en derredor, se da cuenta de la poca atención que le
prestan algunos ciudadanos irresponsables e incívicos. Lamentablemente, no se
puede decir que desde el Ayuntamiento de Alicante haya un interés muy
pronunciado en llevar a cabo un mantenimiento mínimo de las instalaciones.
Como muestra, las
fotografías que acompañan, tomadas entre la segunda quincena de mayo y la primera
de junio.
Como es habitual, esta
información se hace llegar al Alcalde, por si le resulta interesante.
Mobiliario roto, ladrillos levantados |
Rejillas de evacuación de aguas colmatadas de tierra y suciedad |
Soportes en los que falta parte de los elementos |
Restos puerta oxidada, protección muro arrancada, pavimento destrozado |