Nuestra condición de población situada a orillas del Mediterráneo y la benignidad del clima hacen posible que, en aquellas zonas en que hay suficiente provisión de agua, la vegetación prospere rápidamente.
Lamentablemente, no es agua, precisamente lo que sobra, aunque el mar bañe nuestra costa. Las carencias de agua no ya potable, también la necesaria para el riego que mantenga las especies vegetales, es un problema endémico en la provincia de Alicante, que ningún gobierno se ha atrevido a afrontar con un mínimo de interés.
Pese a ello, en el Castillo de Santa Bárbara podemos encontrar ejemplos de cómo se malgasta o se deja perder el agua de riego, como muestran las fotografías siguientes, tomadas entre la segunda quincena de mayo y la primera de junio. En unos casos se trata de zonas sin vegetación en las que se mantiene el riego y en otros la pérdida de agua que , por roturas o mal control, discurren dejando su huella en los caminos.
Una masa forestal como la del Benacantil merece algo más de cuidado, teniendo en cuenta su ubicación en el centro de la ciudad y la carencia de zonas verdes de nuestra ciudad.
¿Prestará atención al Benacantil la nueva corporación municipal?
Esta información, como es habitual, se hace llegar al Ayuntamiento
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