sábado, 15 de junio de 2019

CRÓNICA DE LA DESIDIA:EL CASTILLO DE SANTA BÁRBARA(III)



     El Castillo de Santa Bárbara tiene en sí todos los elementos necesarios, aunque no suficientes, para que un paseo por sus umbrías en los días calurosos ofrezca el refresco preciso para pasar un rato agradable.

     Pero eso sucederá solo si el paseante está atento a cuanto hay a su alrededor. La proliferación de muros y muretas destrozados pueden hacer el paseo un poco accidentado.


     Se `podría pensar que todo ha sido casual, que la situación se ha producido en los últimos días. No es así; quienes a menudo intentamos apartarnos del mundanal ruido de nuestra ciudad terminamos el paseo con ese sabor agridulce que acompaña al desencanto.

     Cabe suponer dos situaciones para explicar este estado de cosas:

a)     Ni los ediles ni sus múltiples y bien pagados asesores han dado un paseo a pie, tanto por el monte como por los caminos del Benacantil

b)    Ajenos a lo que no sea su cómodo, mullido y bien acondicionado despacho, se limitan a pasar el tiempo, tal vez mirando en la pantalla su cuenta bancaria, incrementada mes a mes con el sustancioso sueldo que les proporcionan nuestros impuestos.

     Y todo esto, a pesar de que hay ciudadanos, yo entre ellos, que utilizamos parte de nuestro tiempo en facilitarles la información que les permitiría actuar para resolver la situación que, sin duda, no se produciría sin la participación activa de quienes no merecen estar en sociedad.

     Como es habitual esta información, junto con las fotografías tomadas entre la segunda quincena de mayo y la primera de junio actual, se envían al Ayuntamiento.

     Siguiendo la costumbre municipal, hasta el momento nadie ha acusado recibo de la información, lo que dice mucho, también, en cuanto a la atención que se presta a la participación ciudadana.




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