En mi comentario de ayer
aludía a unas recientes manifestaciones atribuidas, según el Diario
Información, al concejal Víctor Domínguez, en las que éste, exponía:
a)
no hay estadísticas ni datos reales sobre
las cacas de perro en las calles
b)
que las 24.000 cacas a las que aludía el
alcalde son” un recurso teórico”
c)
no todos los perros están censados
d)
no todos los dueños son responsables de
sus mascotas
e) reparto
a los ciudadanos que tienen mascotas de recipientes con algún tipo de
detergente para minimizar el efecto del orín.
Y
en dicho comentario, detallaba los artículos de la Ordenanza Municipal sobre
Tenencia y Protección de Animales, de Alicante, que dejaban bien claro quiénes
eran los responsables de colaborar con el Ayuntamiento para mantener
actualizado el Registro Municipal de Animales. Todo ello como respuesta a las cuestiones:
“c)
no todos los perros están censados” y “d) no todos los dueños son responsables
de sus mascotas”
Hoy
me refiero a los apartados:” a) no hay estadísticas ni datos reales sobre
las cacas de perro en las calles” y “b) que las 24.000 cacas a que
aludía el alcalde son un recurso teórico”
Siendo,
como viene siendo denunciado hasta la saciedad, que los propietarios incívicos
de perros son directamente responsables de una parte muy importante de la
suciedad que se genera y que más impacto causa, uno piensa que es un tema lo
suficientemente importante como para que en el Ayuntamiento exista una clara
preocupación y el deseo de conocer con la mayor exactitud los datos, aunque
solo sea por la necesidad de ajustar los presupuestos de la contrata de limpieza
a la realidad.
Esto
lo indico, porque presumo que los presupuestos municipales y, en este caso, de
la contrata de limpieza, no se establecerán a “ojo de buen cubero”, sino
amparados en un conocimiento de las causas que determinan la cuantía económica
a destinar para las distintas partidas.
Convendría
destacar en el siguiente artículo 11 de la Ordenanza Municipal citada lo
referente a “higiene, salud y seguridad pública” y “que no causen molestias a los
vecinos”
Obvio
es que de tal redacción se ponen de manifiesto el problema que representa para
la ciudad y los ciudadanos el que los perros se dejen en libertad para que
suelten su “carga” allí donde les apetezca, pero, como digo siempre, nunca en
la propia casa de su dueño, siempre en la de otros. Se está vulnerando lo
indicado en los artículos 13 y 14 de la Ordenanza, con referencia a la
conducción de los mismos
A
mayor abundamiento, el siguiente artículo 15 deja bien claro cómo
deben actuar los propietarios de perros cuando estén en la calle
La
citada Ordenanza Municipal solo tiene un defecto: QUE NINGÚN POLÍTICO SE HA
INTERESADO EN SU APLICACIÓN y lo que podría ser, en principio, una cuestión
anecdótica, se ha convertido actualmente en un grave problema de suciedad,
higiene, estética…que convierte calles, plazas y jardines en un retrete al aire
libre, con el agravante de que su limpieza corre a cargo de todos los
ciudadanos, incluso los que actúan correctamente y los que no tienen perro.
Por
último, y con referencia a :e) reparto a los ciudadanos
que tienen mascotas de recipientes con algún tipo de detergente para minimizar
el efecto del orín. Debo expresar mi disconformidad,
por cuanto es una forma de dar el visto bueno a unas actuaciones que la propia
Ordenanza considera incorrectas y supone un gravamen para las arcas municipales
que se nutren de nuestros impuestos.
Como colofón a este artículo, sugiero la lectura del comentario que Orquídea Azorín hace al de ayer.
Como colofón a este artículo, sugiero la lectura del comentario que Orquídea Azorín hace al de ayer.
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