martes, 5 de diciembre de 2017

NADA HA CAMBIADO



     Uno podría caer en la tentación de creer que Alicante es una ciudad sucia por culpa de los ciudadanos incívicos que no tienen el menor reparo en tirar colillas al suelo, dejar que su perro defeque en cualquier parte o abandonar las basuras fuera de los contenedores.

     Y sería bastante acertada la creencia, si no fuera, también, porque los (i)responsables del servicio de limpieza de nuestro insigne ayuntamiento siguen atrincherados tras sus espléndidas mesas de despacho, ignorando los avisos de los ciudadanos y sin cumplir su deber de inspeccionar adecuadamente qué se limpia y cómo se hace.

     Un ejemplo, que solo es una pequeña muestra, es el de las rejillas de recogida de aguas pluviales (imbornales), de las que hoy traigo como ejemplo una, situada en el Barrio del Pla, de la que he controlado su situación en diferentes fechas de este año 2017.

     No está situada en un lugar recóndito, de difícil acceso, lejos de la mirada, que pudiera dificultar su observación.

     ¿Serviría de algo decir que, personalmente, he facilitado esta información a la Concejalía de Limpieza? 

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