Uno de los atributos más importantes que están al
alcance del ser humano es LA LIBERTAD, que le da la facultad de hacer o elegir
una cosa u otra o, simplemente, no hacer nada.
Esto,
que en principio podría parecer muy sencillo, entraña una enorme dificultad,
que viene representada por LA RESPONSABILIDAD, puesto que si yo puedo-dentro de
mi libertad- hacer u omitir algo, o hacerlo de una manera determinada, debo
tener en cuenta que “el otro”, cualquier persona, también puede hacerlo y, por
consiguiente, existe la posibilidad de conflicto y enfrentamiento si los
intereses de ambos son opuestos.
Así
pues, el ejercicio de LIBERTAD implica una elevada carga de RESPONSABILIDAD.
Tan es así, que se ha hecho necesario establecer leyes que indican cual es el
camino a seguir y las consecuencias de un uso inadecuado de LA LIBERTAD.
¿Cómo
podré estar seguro de cuáles son los límites de mi LIBERTAD?
Está
claro que cuanto mayor sea mi CONOCIMIENTO más y mejores posibilidades tendré
de no interferir en los intereses de los demás y, por tanto, de respetar su
propia LIBERTAD, no olvidando-por supuesto- que, como está dicho:”la ignorancia
de la ley no exime de su cumplimiento”. El problema no está sólo en que para
adquirir CONOCIMIENTO es necesario esfuerzo y trabajo. Nadie nace con el
almacén del cerebro lleno de toda la información que necesitará para el
desarrollo de su actividad a lo largo de la vida, pero una cuestión que no hay
que olvidar es el ambiente social, que tienta al uso de otros medios distintos del CONOCIMIENTO ( al
menos en lo que este como enriquecimiento espiritual del ser humano lleva
consigo) para conseguir fines que son espurios y que no ofrecen otros
resultados que la insolidaridad, la competencia desleal y otros comportamientos
antisociales.
Por
la cantidad enorme de posibilidades que hay a nuestro alcance, se dice que
estamos en “la era del conocimiento” pero, me pregunto:¿lo que se nos ofrece es
información, para que la procesemos y extraigamos de ella enseñanzas, o es
opinión?. Creo que ahí es donde reside actualmente el problema; se nos
bombardea continuamente con programas, revistas, diarios… difícilmente
encontraremos en ellos una exposición escueta de los hechos, una fotografía
desapasionada que-simplemente-nos enseñe lo que ha ocurrido. En virtud de la
corriente en la que quien lo expone se encuentre inmerso, lo expresará de
manera más o menos tendenciosa y, si no nos hemos preocupado de almacenar
CONOCIMIENTOS caeremos en las redes de quienes quieren que opinemos como ellos,
cerrando así nuestras posibilidades de actuar con LIBERTAD, aunque con la
dramática contrapartida de que sí será nuestra la RESPONSABILIDAD de dicha
actuación.
Se
nos ofrece, a veces, una parte de la información ocultando otras sin las cuales
los resultados pueden llegar a ser totalmente opuestos. Una faceta , por
ejemplo, de las relaciones humanas es la “relación sexual”; depende de la
importancia que le demos dentro del contexto de la relación para que siga
teniendo la consideración de “humana” o pase a ser , simple y llanamente, una
adicción más. Una costumbre o adicción tal como las drogas, el tabaco o la
bebida, satisfactorias en el instante del consumo, pero con una carga de
problemas anexa que pueden convertir en un infierno lo que podría haber sido
motivo de satisfacción.
Podremos
oponer a esto nuestra excusa: ¡no tengo información suficiente! Preguntémonos
antes si hemos hecho lo correcto para llegar a tenerla, o hemos preferido
dejarlo para más tarde, porque lo más urgente ahora es “ganar pasta”, tener un
buen coche y suficientes euros para “corrernos” una buena juerga el fin de
semana. Preguntémonos si, como padres, hemos educado a nuestros hijos en la
RESPONSABILIDAD en lugar de mantenerlos entre algodones para que no sufran y
dándoles cuanto nos solicitan, obviando que cuando no estemos carecerán de la
preparación suficiente para enfrentarse a los problemas. Preguntémonos, como
profesores, si el abandono de la disciplina en el aula , el ser “amiguetes” de
los alumnos va a evitar conflictos, les va a aportar alguna ventaja en el
futuro. Preguntémonos, como sociedad, si es posible tener un futuro cuando
temas tan importantes como: educación, trabajo, sanidad, seguridad, se utilizan por los políticos como armas
arrojadizas, en tanto que la acción social se deja en manos de la solidaridad
de personas u ONGs.
Tenemos
el futuro en nuestras manos y tenemos posibilidad de cambiarlo. Es más, tenemos
LA RESPONSABILIDAD de hacerlo. Desde las oportunidades que se nos ofrecen para
aprender cosas nuevas o recordar antiguas, sin importar la edad o los
inconvenientes que supone el tener que trabajar para mantener a la familia o el
trabajo del hogar; en la escuela, en casa o en la calle podemos estar con la
mente abierta para adquirir CONOCIMIENTOS . También podemos dejarnos llevar por la molicie
esperando que sea otro el que resuelva el problema porque, para nosotros con
sobrevivir es suficiente. Así tendremos a quien echarle la culpa de que las
cosas no funcionan y, a lo mejor, hasta conseguimos dormir tranquilos...
Creo que leí u oí que mi libertad acaba donde empieza la libertad del otro/a., pero lógicamente debo empezar por “reconocer” al otro/a como mi igual y conocer/saber que, como yo, tiene su libertad.
ResponderEliminarSin lo anterior no existe libertad sino libertinaje.
El conocimiento, el saber, con mayúsculas es un pilar fundamental en la construcción de nuestra Sociedad.
Existe en Oslo un parque en el que se muestran estatuas de un escultor (Vigeland). En el centro del parque se alza un monolito. Todo él es un conjunto de estatuas de cuerpos. Las de la base están totalmente tendidas. Conforme el monolito va alcanzado altura, las estatuas van apareciendo cada vez más erguidas, hasta que la cúspide es la estatua de un cuerpo totalmente enhiesto.
¿Pudiera ser que el escultor quisiera representar cómo el hombre ha conseguido situarse en la posición que ahora se encuentra gracias a que cada ser humano ha aprovechado el saber del anterior y ha aportado algo para el siguiente? Yo así quiero entenderlo. Pero entendiéndolo así, en el momento actual, “mi estatua Vigeland” se parecería más a un arco que a una columna o monolito, vencido éste por el “peso” de la falta de conocimiento, de la irresponsabilidad, del individualismo a ultranza.
No es mala interpretación. El único problema que tenemos que resolver es el de encontrar un número de cuerpos con energia suficiente como para que se pueda vencer esa inercia que impide estar erguido
ResponderEliminarPuede ser una interpretación válida. entonces, el único problema es encontrar suficientes apoyos como para vencer ese "peso"al que aludes.
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