miércoles, 28 de noviembre de 2012

SIN SANGRE NO HAY VIDA

Nuestros queridos y siempre bien votados políticos(aunque, no pocas veces, preferiríamos "botarlos") han esperado, como siempre, la oportunidad que les ha brindado el suicidio de varios hipotecados para darse cuenta de: a) que la ley es obsoleta; b) que la Constitución consagra el "derecho" a una vivienda digna; c) que tanto corporaciones locales como autonómicas o estatales tienen un "desmadre" de locales, pisos, viviendas, etc. cuyo coste sufragamos todos y que se están deteriorando por no usarlos o no hacerlo adecuadamente; d) que la supervisión de los organismos públicos creados para ello, no llevaron a cabo su misión de fiscalizar a las entidades financieras; e)... hay más, pero cada uno puede añadir de su cosecha lo que quiera.
Ahora, cuando la sangre ya ha llegado al río y, por supuesto, cuando ya la iniciativa privada solidaria ha intentado acoger a los desahuciados y minimizar el problema, ahora, digo, resulta que aparecen viviendas municipales(de momento) como los hongos después de la lluvia. ¿Será porque está lloviendo mas que otros años?
Seguramente somos un país, nación, o como queramos nombrarlo, en el que la obsesión por mantenerla y no enmendarla nos conduce a situaciones dignas de figurar en los anales de la novela negra. pero no por lo de novela, sino por lo de "anal", que es por donde sale la mierda que al final salpica en todas direcciones.
Quizá la proximidad de la Navidad, que hace reblandecer las costras de donde se guardan los sentimientos, consiga que quien tiene el poder lo ejerza juiciosamente y los que no tenemos poder hagamos lo que podamos para demostrar que hay algo que nos diferencia de los irracionales.

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