Que el Consell considere imposible aprobar en esta legislatura el plan del macro centro comercial proyectado en Rabasa podría significar: a) un ramalazo de cordura; b) que en coherencia con la posibilidad de dejar de gobernar dejen al futuro Consell la responsabilidad; c) que se sientan tan seguros de ser elegidos de nuevo, que quieran dar apariencia de que hacen las cosas bien.
Es de esperar que la responsabilidad que el Parlamento de la Comunidad Valenciana atribuye a directivos y consejeros de la CAM en el asunto de las cuotas, se vea reflejada en la devolución de los importes presuntamente estafados a los clientes que adquirieron este producto.
Algunos de los partidos de la oposición, ponen de manifiesto su falta de interés en gobernar, pese a que digan lo contrario, cuando son incapaces de encontrar algo en lo que ponerse de acuerdo.
La paralización de la planta de abonos en Foncalent sería deseable que se haya producido para verificar que se cumplen los requisitos marcados por la legislación para proteger a los vecinos y la naturaleza, tanto como los relativos a la actividad prevista y no por otros motivos relacionados con la proximidad de elecciones.
En coherencia con su actitud previa, los acusados de corrupción no devuelven la paga extra de las Cortes Valencianas. Si son condenados, los ciudadanos preferiríamos que devolvieran lo presuntamente defraudado.
Dando ejemplo a los ciudadanos, la Generalitat tiene una demora de 86 días en el pago a proveedores.
Si algo se ha puesto de manifiesto, tras el trágico accidente de avión sucedido en los Alpes, es la cantidad de tiempo que se puede perder imaginando causas, sin esperar a tener datos fiables en los que basarse.
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