En esto de la política, lo de las fidelidades es muy, pero que muy relativo. Pero claro en un país como el nuestro, en el que hay tantos partidos como ciudadanos con uso de razón ( bueno, esto último habría que matizarlo un poco), a poco que uno ponga mala cara o salga de la cama con ella, se expone a todo. Hasta que su pareja le arme un cisco.
Así, que en el PSOE no iban a ser una excepción. El Sr.Sanchez, con su traje bien planchado y su corbata a juego ha estado deshojando la margarita, pero todas las hojas del NO QUIERO se las ha querido endosar al Sr. Rajoy mientras, con más o menos disimulo asomaba y escondía,de cuando en cuando, el SÍ QUIERO a otros dirigentes más o menos radicales (lo de radicales, según convenga).
Los compañeros de viaje del Sr. Sanchez, aunque en el mismo barco ,viajan en camarotes de otra clase y ya es sabido que las atenciones que reciben no son las mismas y ven los horizontes en función de la posición de su alojamiento. Así que no es de extrañar que los moderados no quisieran la misma izquierda y los que son menos rechazarán a la derecha. El problema es que con tanta consulta y tanto lío, resulta difícil discernir a quien quieren y / o rechazan unos u otros.
Quizá esas declaraciones de modestia al manifestar " quiero ser oposición" han sido mal entendidas o sigue sin comprenderse alguna parte del NO.
Seguro que unos y otros ofrecerán explicaciones que les parecerán razonables pero que nosotros no entenderemos.
Lo único que está claro es que hay demasiados con vocación de jefe y los currantes estamos pendientes de si la fábrica sigue con el mismo patrón o hay quien consiga que le aupen al puesto.
En todo caso, esos diecisiete no parece que hayan intentado buscar el diálogo que se espera de unos compañeros y a saber si sus intenciones se limitan a un simple " Váyase Sr. Sanchez! " o esconden algo más profundo.
El tiempo lo dirá.
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