Muchos
ciudadanos de Alicante nos debatimos muchas veces, como Hamlet, entre “ser o no ser”, porque la tentación nos
pide dejar de pertenecer a una sociedad en la que los valores éticos, el
esfuerzo, la responsabilidad, etc., han sido sustituidos por el dinero, el
poder, la corrupción, cuando no por un pasotismo que deviene en el abandono de
las mínimas obligaciones de convivencia.
Y
así está nuestra ciudad. Anegada de pasotismo, de suciedad y de
irresponsabilidad, ¿Tendremos que seguir, otra vez a Hamlet y preguntarnos “¿Qué
es más noble para el espíritu, sufrir los golpes y dardos de la azarosa fortuna
o tomar armas contra un océano de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con
ellas?”.
Algunos
lo estamos haciendo, con las armas de la palabra y la denuncia, sin que
sintamos los nobles efectos de la autoridad bien entendida, porque tememos que
nuestro gobierno municipal también sigue a Hamlet y opina: “… que con
solo dormir ponemos fin al pesar del corazón y a los mil naturales conflictos…”,
porque ¿Qué otra cosa podemos suponer de quienes, teniendo la responsabilidad
de mantener el orden y la limpieza en nuestra ciudad, parecen estar constantemente durmiendo?
Les
pedimos que abandonen sus confortables despachos y salgan a la calle a
demostrar que son dignos de recibir el salario que tan diligentemente se han
asignado tan pronto se han repartido los sillones.
Obras
sin acabar o mal resueltas, jardines sin mantenimiento, empresa de limpieza que
no cumple con su cometido, ciudadanos con conductas incívicas sin sancionar y
un largo etcétera son cuestiones que se vienen planteando de modo continuo y no
se resuelven por razones que se nos escapan y que preferimos creer se deben a
ineptitud de quienes gobiernan antes que a actos de corrupción.
Y
finalizando con Hamlet: … ¿Quién querría sufrir … del fuerte la injusticia, del soberbio el
áspero desdén, las demoras de la ley, del empleado la insolencia, la hostilidad
que los mezquinos juran al mérito pacífico, pudiendo de tanto mal librarse…?
Invito a
todos los ciudadanos a que, como yo, expresen su malestar por el desgobierno de
nuestra querida ciudad de Alicante.