Hoy, tras
unos meses en que las élites políticas de España han dado sobradas
muestras de poco espíritu conciliador, los españoles asistimos, impotentes, a
la proclamación de un nuevo período electoral, con los consiguientes gastos
que, lamentablemente, no sufragarán los (i)responsables: es decir, sus señorías
ilustrísimas.
En las
calles, una muestra de la imaginación popular ilustra, desde hace años, lo que
a veces sucede (y en esta ocasión se ha confirmado) con nuestros votos que,
lejos de servir para que la expresión de nuestra voluntad se vea representada
por actuaciones acordes de los políticos, solo son efectivos para que
adquieran el poder que les concede (según ellos) "carta blanca" para
sus antojos.
Ahora se
abre un nuevo período. Los políticos que pretenden dirigirnos representarán
de nuevo la comedia de visitar asilos de ancianos, coger en brazos a
nuestros niños y, tal vez, llenar plazas de toros en esos espectáculos
multitudinarios que demuestran el fervor de sus ciegos seguidores, prontos al
aplauso y remisos a la reflexión.
Será,
una vez más, la consigna YO, YO, YO, la que prevalezca o, quizá
avergonzados, los políticos pensarán en los ciudadanos, dejando los
experimentos para los laboratorios?
No quisiera
confundir realismo con pesimismo, porque (todavía) confío en el sentido
común, pero mucho tendrán que trabajar los políticos para :
a) convencerme de que vote;
b) transmitirme un mensaje de seriedad y
responsabilidad;
c) hacer una campaña seria y reducida en el gasto;
d) presentar candidatos que sean capaces de
algo más que "salir en la foto”;
e) presentar
un programa que sea posible de llevar acabo, cuyo desarrollo se pueda
verificar, con el correspondiente presupuesto de ingresos que lo hagan
factible.
Así,
tal vez vuelva a creer en los políticos
Por mi parte, me comprometo a intentar averiguar si
sus candidatos pueden ser adecuados y asumibles sus propuestas, aunque
creo que será una tarea demasiado ardua para mis capacidades y medios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario