miércoles, 15 de febrero de 2017

¿PENSIONES DE MISERIA?





Mientras nuestros “esforzados” políticos, gobernantes y opositores, han puesto todo el interés en demostrar a todos sus “fans” lo buenos que son y, a cambio, han recibido de estos el aplauso clamoroso y ferviente, a la vez que irreflexivo, por haberles dicho lo que esperaban oír, mientras esto sucedía, digo, las noticias alarmantes sobre el futuro de las pensiones y pensionistas situaban a estos, nos situaban, en la guillotina de los recortes.
Uno mira el panorama nacional desde que estalló la crisis y descubre la enorme cantidad de presuntos, y no tan presuntos, golfos y sinvergüenzas que han hecho de la corrupción y la rapiña su “modus vivendi”. Advierte, a su vez que, de no haber sido por los miles de pensionistas que hay en España, que han mantenido con sus escuetas pagas a sus hijos, empujados por la “burbuja” al precipicio del desempleo, o llevado a sus nietos a la escuela para que los padres intentaran, con su trabajo conjunto, recomponer la maltratada economía familiar, repito, de no haber sido por estos, la situación social podría haber sufrido un tremendo descalabro, porque los ciudadanos deben  tener, al menos, sus necesidades básicas cubiertas.
Pues, en efecto, sin que nuestros políticos, gobierno y oposición, hicieran algo más allá que rascarse la entrepierna mientras los ciudadanos hacíamos lo que a ellos les correspondía, lejos de estrujarse el cerebro pensando en buscar soluciones, van a lo fácil. Como tienen la llave de la “hucha de pensiones” en sus manos, ¿qué más fácil que aprovechar esta circunstancia y en base a una pretendida “situación” argumentar la necesidad de reducir el importe de las pensiones, ahora que se han recuperado empleos y reducido las cargas familiares de algunos pensionistas?
Como si de una genialidad se tratara, los políticos hablan de la “renta mínima” para quienes carecen de ingresos, lo que aboca a éstos  recibir esta “limosna “del gobierno de turno que los convierte, así, en esclavos del sistema cuando, al mismo tiempo, por falta de presupuesto se desatienden necesidades como, por ejemplo, la seguridad, puesto que  agentes de policía vigilan  el tráfico en las entradas y salidas de los colegios, cuando otros son sus menesteres; se olvida el riesgo de incendios y las áreas boscosas no reciben los tratamientos de prevención de incendios adecuados; falta personal en los hospitales, etc. etc. Pero, claro, pensar es una tarea que exige esfuerzo y las neuronas podrían morir por la falta de costumbre de trabajar. Mucho mejor dar subvenciones, que de eso sí que saben los políticos y lo han practicado con generosidad, porque se genera una “clientela de estómagos agradecidos” que vienen bien a la hora de llenar las urnas.
Uno piensa en el traído y llevado tema de los “asesores” de los políticos, muy peculiar, porque ¿cómo es posible contratar a un asesor, sin saber previamente de qué tiene que asesorar? No hay problema, se abre una partida presupuestaria y se le contrata porque sí. Decía mi difunto y recordado padre: “no tenemos para pan y compramos abanicos”.
El caso es que los jubilados pagamos el IRPF por una pensión que recibimos y que ya fue objeto de gravamen cuando estábamos en activo, al deducirnos la empresa, en nómina, el mencionado impuesto. ¿Es lógico “castigar” a los pensionistas, primero con este impuesto y, segundo, con el exiguo 0,25% de incremento anual que, además de no resolver nada, puesto que está por debajo de la inflación, se comunica a los interesados por envío postal, cuyo coste puede ser en algunos casos superior al incremento del 0,25%?
Desde el gobierno se actúa contra los pensionistas con la fuerza que les da la certeza de saber que los políticos no necesitarán la pensión para, al menos, sobrevivir.
Recuerdo una película que vi hace muchos años. “Cuando el destino nos alcance” se titulaba. En ella los ancianos eran invitados a entrar en un edificio donde visionaban escenas idílicas, escenarios naturales ya inexistentes, que les relajaban mientras morían dulcemente. La segunda parte de la historia es que el gobierno utilizaba los cadáveres para fabricar con ellos las pastillas que se daban a la población como complemento alimentario, debido a la escasez de alimentos naturales.
Aquí y ahora, quienes gobiernan pretenden, a veces, trasladarnos su visión idílica de la situación y nos entretienen con sus debates, el fútbol y la telemierda. La oposición que podría plantear propuestas realistas, se ha sumado también al espectáculo y, lejos de ello, nos ofrece cada día tanta “casta” como la que denunciaron y no son ajenos a la “caspa” que delata que no son diferentes. ¿Pretenderán, también, que sirvamos de alimento?
Tal es la situación, en unas circunstancias en las que uno es incapaz de saber quién dice la verdad y debe atemperar sus decisiones de modo visceral, más atendiendo a sus preferencias ideológicas que a esa realidad que fue prometida en la que la “transparencia” brilla porque está ausente. Tanto, como ellos de la realidad.

1 comentario:

  1. Querido Vicente:
    Me es muy grato poder dar notoriedad a este blog, y mostrar públicamente mi adhesión al cumulo de criticas que has mencionado, y felicitarte por la claridad y valentía con que lo has dicho. Es, pues, muy razonable mi adhesión a tus ideas. Ojalá tengamos mucho eco en los lectores del blog.

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