No cesan de surgir voces alertando de la importancia del agua que, por otra parte, solo a los necios se le oculta porque, quien más quien menos, todos hemos pasado una sed angustiosa en más de una ocasión.
Pese a ello, nos empeñamos en cerrar los ojos ante el panorama de la escasez de este recurso, al menos de la escasez aparente, que provoca situaciones de sequía y desertización de las cuales, claramente, es responsable el ser humano.
Año tras año, en un empeño que se viene demostrando como inútil, vengo denunciando en este medio el derroche de agua depurada que se vierte al mar desde el cauce del Río Seco, en Campello, pese a las enormes posibilidades de reutilización, tanto a nivel de cultivos como de zonas ajardinadas o de arbolado.
Como nuestros políticos son seres de costumbres y de programa, les resulta irrelevante que haya una necesidad social, salvo si esta coincide con "su" programa. De otro modo no se explica que se hagan inversiones, por ejemplo, en rehabilitar refugios para que comprobemos, por si alguien tenía duda, hasta qué punto llega la irracionalidad de la guerra, mientras año tras año "no hay presupuesto" para canalizar el agua.
Y no pretendo que lo de los refugios no sea importante, pero hay prioridades y creo que el agua es prioritaria.
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