lunes, 19 de enero de 2015

¿OBRAS SON AMORES ?



            Con frecuencia, los alicantinos nos vemos sorprendidos por la aparición de obras en nuestras calles, que aparecen como si de setas se tratara, con absoluta indiferencia hacia la temporada en que se llevan a cabo y a los problemas que, tanto a los viandantes como al tráfico rodado producen.
            Uno se pregunta la razón última de ésa afición municipal por levantar las calles en los momentos en que hay mayor afluencia de personas y vehículos, del mismo modo que la obsesión por el estrechamiento de la calzada de circulación, en detrimento de la fluidez de circulación. Se toman medidas que obstaculizan el tráfico, en lugar de tomarlas contra aquéllos conductores que, bien por aparcar en doble fila, bien por hacerlo en zonas reservadas al transporte público o carga y descarga de mercancías son culpables, precisamente, de que el tráfico sea un desastre. No los únicos culpables, que ya nuestro Ayuntamiento hace todo lo que puede para que la gestión del transporte público se convierta en “indigestión”, no atreviéndose a establecer un plan integral que permita optimizar tiempos y recorridos, de manera que los ciudadanos nos sintamos atraídos por dicho transporte, evitando el usos de los vehículos particulares.
            Volviendo al tema de las obras, hemos visto como se derribaban infraestructuras que cumplían su función y se ha cambiado su aspecto, sin que los ciudadanos acabemos de entender la razón (entre otras cosas porque no se han molestado en explicarlas o, sencillamente, porque no hay explicación lógica) en tanto que hay zonas de la ciudad donde todavía no ha hecho acto de presencia el asfalto o sería preciso llevar a cabo obras para corregir defectos que la falta de coordinación entre Ayuntamiento e instaladores impide que lleven a cabo su función.
            Que nuestra ciudad está hecha un desastre es un hecho incuestionable. Que hay buen número de ciudadanos culpables de ello, también. Pero si desde el Ayuntamiento hubiera una buena labor de inspección, ni las obras se quedarían a medias, ni en el olvido.
            No hace falta ir a sitios lejanos de la ciudad, en el extrarradio, para ver ejemplos de la “no actuación” del Ayuntamiento. Las fotos que se adjuntan ilustran dos lugares del Barrio del Pla en los que el asfalto aún no ha llegado. Ambos están a muy corta distancia de la principal arteria del barrio, la Calle Padre Esplá.



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