El Diario Información de hoy, 23 de enero presenta, en sus
páginas interiores, una noticia que me ha llamado la atención. Su titular
(sic):”A Rato le tocan los cojines” puede
dar mucho de sí, y a más de uno le habría gustado disponer de la noticia el 28
de diciembre, por aquello de los Santos Inocentes.
Yo, como lector asiduo de dicho diario, no tengo motivo alguno
para recelar de la veracidad del relato y, más que nada, por curiosidad, lo he
leído. Aunque, sinceramente, me habría gustado más que la historia fuera por
otros derroteros como, por ejemplo, que el Sr. Rato, en un rasgo de lucidez
ética, había devuelto la totalidad de las remuneraciones percibidas durante su
presunta mala gestión al frente de Bankia. Pero eso es otro cantar.
Por esa cualidad de la mente, de relacionar ideas, me ha
venido el recuerdo de una conversación que
mantuve con mi hermano (qepd) en cierta ocasión, en la en la que me habló –de esto hace muchos años- acerca de un titular de la desaparecida
revista La Codorniz, como respuesta a la amenaza de la censura con cerrar su
edición . Venía a ser algo así: “Cajín es
a cajón como cojín es a X. Nos importa dos X que nos cierren la edición”.
Naturalmente, el Sr. Rato
tiene derecho a recuperar sus cojines, en tanto que muchos españoles hace
tiempo que tenemos la certeza de que nos están tocando los X y, aunque
manifestemos nuestra disconformidad, una especie de muro, más difícil de
superar que el de Berlín al parecer, impide que esa cosa que a los políticos
les gusta tanto nombrar, que es Participación Ciudadana, se haga efectiva ya
que, según todo parece indicar, cuando muchos han decidido dejar de protestar
en la barra del bar y expresar su descontento de otro modo, no van a poder hacerlo sin afinar mucho, so
pena de toparse con las restricciones de una nueva ley que podría impedir
respirar, por si eso le quita algo de aire a alguna autoridad.
Pero bueno, eso es también otro cantar. Volviendo al tema de
los cojines del Sr. Rato, me pregunto: ¿A qué viene ése inusitado interés por
los susodichos elementos hogareños?
En
una ocasión vi una película en la que un inocente osito de peluche escondía una
carga explosiva pero, claro, en aquélla situación el propietario lo que
intentaba era deshacerse del animalito, no como en la noticia, según la cual el
Sr. Rato removió cielo y tierra en busca de sus X ¿o era de los cojines?,
porque la verdad, ya me he hecho un lío y no sé lo que perdió.
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