La lectura de informaciones acerca
de las andaduras de nuestra Concejala de Juventud y Protección Animal, Marisol
Moreno, me ha llevado a repasar cuestiones filosóficas casi olvidadas, que creo
vienen al pelo a la situación actual, habida cuenta de que quienes componen el
tripartito que gobierna Alicante se llevan como el perro y el gato
Entre otras cosas, debo
reconocer que estaba un poco errado (que no es lo mismo que herrado) a la hora
de cuestionar la dualidad del nombre de la Concejalía: Juventud y Animal.
He tenido que releer a Aristóteles
para salir del error, puesto que el célebre filósofo, allá por el año 350 a.C
ya significaba al hombre (entiéndase ser humano, hombre y mujer) como “animal
político “ (extiéndase lo de animal a macho y hembra, mejor que “animal y
animala”). Si aceptamos (¿y por qué no?) que el hombre es un animal (racional y
bípedo, aunque, al menos uno de estos adjetivos, es cuestionable en multitud de
casos) y que en una etapa de la vida es joven, queda claro que el nombre de la
Concejalía es adecuado.
Aunque bien cierto es que discrepo
de alguna de sus afirmaciones(de Aristóteles), como cuando expone que: “la
naturaleza no hace nada en vano y el hombre es el único animal que tiene la
palabra”, porque a este párrafo le añadiría, “y sin tener cuatro patas, da
muchas coces”
Abundando en el tema, puesto que
también dijo que “para vivir en soledad hay que ser animal o dios”, queda claro
que hay muchas personas (sobre todo políticos) que se creen dioses y, a lo peor, son,
simple y llanamente, animales (y así se comportan). Aunque luego, Nietzsche
vendría a decir que hay que ser animal y dios, o sea, filósofo . Bueno ,es una opinión a considerar,aunque habría mucho
que hablar del bacalao.
Pero, siguiendo con el tema de los
animales. La filosofía budista, según se dice, entiende que “los animales son
conscientes sólo del presente, viven sin ninguna preocupación por el futuro”,
lo cual, por mi experiencia vital se aproxima mucho al modo de actuar del
político, amigo de la solución al momento. Véase, sino, lo que ocurre, sin ir
más lejos, con la generación de energía eléctrica mediante tecnología nuclear,
en controversia con los medios no contaminantes.
El budismo anima a amar a todos los
seres vivos y no solo al ser humano; afirma que no es correcto que arrebatemos la vida de
cualquier ser vivo, no hay que abusar de nuestra inteligencia para destruir a
los animales.Yo diría, más bien, que no es, precisamente, la inteligencia lo que brilla, porque no tenemos inconveniente en acabar con la pesca, esquilmar los terrenos con agricultura intensiva y cebar a los pollos para que alcancen en cuatro días el desarrollo que, normalmente llevaría un mes.
Evidentemente, tenemos a diario
ejemplos de que nuestro amor por los animales es un tanto diferente al que
predicaba Buda ( me atrevo a decir que
no le hacemos ni caso) y, quizá por eso, nuestra querida Concejala de Juventud
y Protección Animal, que tal vez sea afín a la filosofía budista, no tiene
inconveniente en oponerse al Alcalde o a quien sea y actuar en una defensa a
ultranza de los animales, con la consecuencia de que los Reyes Magos tendrán
que arrinconar para siempre los camellos, Papá Noel utilizará moto, mientras
los renos comen plácidamente en su redil y los demás mortales vamos a
olvidarnos del arroz con caracoles, porque no hay derecho a que los vendan en los
mercados apretujados en bolsas de malla en las que los únicos que pueden sacar
la cabeza son los situados en su periferia, mientras los del centro apenas
pueden moverse. Aunque ahora que me fijo, esto es lo que ocurre, también, con algunos
partidos políticos.
En fin, para terminar, lo que no sé
es qué pasará con el arroz con pollo, el chuletón de Ávila y los cochinillos de
Segovia, aunque, como estos últimos están un poco más lejos, puede que no les
llegue el afán proteccionista de Doña Marisol.
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