domingo, 18 de diciembre de 2016

COPLILLAS DE MI CIUDAD

Alicante es ciudad antigua
y su limpieza tan extraña
que,apenas se anuncian lluvias,
las calles son baldeadas
arrastrando cosas sucias
que, sobre las calles ,acaban.


Así, las lluvias se encuentran
calles limpias y aseadas
y los vecinos se preguntan
por qué la limpieza pagan
si las lluvias que se esperan
las limpiarían por nada.

En cambio, cuando hay sequía
los "aromas" se derraman
y los baldeos se escatiman;
las calles,llenas de "cacas"
ofenden bien nuestra vista
y ,si alguien las pisara,
sin duda los que gobiernan
lo tomarían con calma
o, tal vez, hasta dirían
"es su culpa; si mirara..."

Así, nuestras calles son trincheras , 
campos de duras batallas
en los que se sortean  "minas"
y los gases nos atacan;
el enemigo siempre acecha
y el agua, tan apreciada,
apenas concede  tregua
porque va por  temporadas.


Por eso, cuando uno espera
la lluvia, tan apreciada
y los baldeos se inician
sin pensar en el mañana,
los vecinos se preguntan:
"¿En qué piensan quienes mandan?"



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