Hace
algunos días recibí , de la Directora de la Biblioteca Gabriel Miró ,una
invitación para colaborar en el proyecto titulado “La Memoria de tu Biblioteca”
a lo que no pude negarme. En días sucesivos y en entrevistas individuales,
cinco personas residentes en Alicante y,
como dice un periodista (refiriéndose a
la edad)“veteranos” fuimos objeto de diversas preguntas sobre las bibliotecas
en general, la de Gabriel Miró en particular y nuestra experiencia personal como usuarios de bibliotecas.
Desconocía
absolutamente cómo se iba a desarrollar la entrevista, al no haber recibido cuestionario previo y,
realmente, no entendía muy bien la razón por la que se me había invitado. En
principio pensé que era porque no habían encontrado ningún voluntario. Sin embargo, al tener la
oportunidad de conocer al resto de participantes no solo me alegré de compartir
con ellos mis vivencias sino que me
sentí emocionado por formar parte de un grupo con el que la relación me aportó
mucho, tanto a nivel intelectual como humano.
Las
entrevistas se llevaron a cabo en el despacho original del escritor Gabriel
Miró, que se conserva en la misma Biblioteca, con su biblioteca personal, hoy
al alcance de los investigadores. Tanto mi entrevista como las del resto de invitados se desarrollaron en un
ambiente distendido, tal como he podido comprobar al reproducir las grabaciones
correspondientes.
Debo
decir que no tengo el perfil clásico de un usuario de biblioteca, puesto que
acudo a ellas de manera esporádica, pero esto no menoscaba el interés y, diría,
emoción que siento al estar allí, rodeado de cientos, miles, de libros, con la
seguridad de que voy a tener a mi alcance conocimientos imposibles de obtener
de otro modo, puesto que los avances tecnológicos no han conseguido transformar
, en su totalidad, el papel escrito en ésa cosa etérea que uno no sabe muy
dónde está y que son los libros digitales que, por otra parte no pueden ni
soñar siquiera en llegar a alcanzar la antigüedad de aquéllos.
Incluso
yo, que no soy anticuario, tengo en mi biblioteca (de tamaño mini, por cierto)
algún libro de más de un siglo y en contrapartida, tengo una memoria USB que no
tendrá más de un año, imposible de leer y que aún no me he decidido a tirar a
la basura, reciclando, por supuesto.
Supongo
que las bibliotecas tienen, al menos para mí, ese algo que uno encuentra en las
novelas de misterio, cuando el criminal está tan entretejido en la trama que
hasta la última página no sabe uno quien es. De igual modo, al leer un libro
–sobre todo si se está investigando alguna cuestión- cada página que se pasa es
una nueva puerta, quizá, a algo desconocido e ilusionante que te incita a pasar
nueva página, a buscar en otro libro, en una sucesión ininterrumpida de
satisfacciones y decepciones, según llegues o no a encontrar aquello que buscas
o, con suerte, conozcas algo inesperado que colme más aún, tus esperanzas.
Si
los minutos en que tuvo lugar transcurrieron en un soplo, gracias, sin duda, al
buen hacer de los productores, no ha sido menos satisfactorio como ya indico anteriormente, el conocer
personalmente al resto de entrevistados por su calidad humana, sencillez y,
también, por su claridad de ideas y de expresión. José Moratinos, tantas veces leído en artículos
de opinión, me produjo gran satisfacción no solo por poder apreciar de viva voz
su erudición; su sencillez y conversación hizo agradable la espera del inicio
del acto, al que acudió con una puntualidad exquisita, así como la despedida en
la que compartimos conversación con Consuelo Gil Navarro, también protagonista
del proyecto y de agradable trato.
Los
otros participantes del evento fueron “Ali” Andreu Cremades, quien no pudo
asistir al acto del día 24 por razones de salud y Teresa Rubira, con la que
tuve también ocasión de cambiar impresiones en este mismo día.
Tanto
en el diario Información de Alicante, como en YouTube, FaceBook y el blog
Alicante Vivo hay amplias referencias sobre el desarrollo de este proyecto.
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