miércoles, 6 de mayo de 2015

OTRAS CRÓNICAS (6 mayo )



La actuación en la Vega Baja de una presunta impostora que ha manejado a autoridades, vecinos y políticos a su antojo, durante la celebración de actos en Orihuela, pone de manifiesto, una vez más, no solo la habilidad de algunas personas  para atribuirse  supuestas competencias, sino la “inocencia” de quienes con una simple llamada telefónica habrían podido descubrir el engaño. Ya nos gustaría a los ciudadanos que cuando solicitamos algo que nos corresponde en justicia, los políticos fueran tan receptivos.

Es encomiable que los dirigentes de nuestros partidos políticos tengan como una de sus metas el gobierno de la Nación, pero no deberían dejarse llevar por sus afanes y centrarse en los objetivos de las próximas elecciones locales. Ahora toca elegir el próximo gobierno de Alicante y los temas a considerar son los que afectan a la ciudad. Ya llegará el momento de proponer soluciones a los problemas de la Autonomía o del Estado. Cada cosa a su tiempo.

Las noticias con relación al pretendido macrocentro que quieren que acompañe a Ikea, ofrecen posibilidades de interpretaciones distintas, en función de lo que se pretenda. Si algo debe quedar meridianamente claro, por ejemplo,  es: a) el número de grandes centros comerciales en Alicante ya es excesivo para los potenciales clientes; b) son muchas las voces que se manifiestan en contra de dicho macrocentro, comerciantes, vecinos,  políticos, sin que esté acreditado el beneficio para el entramado social de la ciudad; c) nuestra ciudad debe recuperar el pasado industrial perdido, potenciando actividades de I+D+i ; d) por si alguno no se ha dado cuenta, los seres humanos comemos y cualquier mirada a los campos que rodean la ciudad nos ofrece el desolador panorama de cultivos abandonados, árboles secos, montones de escombros. ¿Por qué no potenciar la agricultura y la ganadería?

He visto recientemente la película de animación “La oveja Shaun”. Recomendaría a los políticos de todo signo que fueran a verla. Tal vez aprenderían que el trabajo en equipo es beneficioso para todos, con independencia del puesto que ocupen.

Aunque se dice que “nunca es tarde…”, resulta ciertamente descorazonador ver con qué facilidad nuestros políticos han estado utilizando el dinero de los ciudadanos sin ninguna vergüenza ni consideración ética. Es indignante que los consejeros de Aguas de Alicante cobraran 1000 € por su asistencia a los consejos, máxime siendo ediles que ya eran retribuidos en función de sus competencias (¿?) municipales.

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