Bien está que tengamos esta jornada de reflexión aunque, a estas alturas, quien no sepa lo que tiene que hacer, a quién votar, si finalmente lo hace está claro que emitirá su voto a cara o cruz.
Hay quien no concede gran importancia a las elecciones. Tanto les da votar o no hacerlo. Quien lo hace, al menos puede atribuirse el éxito de su elección, sea cual sea el resultado. Porque participar supone que se está interesado en lo que ocurra y esto, lo que ocurra, va a condicionar, como mínimo, los próximos cuatro años de nuestra vida.
Quien prefiere no intervenir está en su derecho , pero luego no podrá culpar a nadie de lo que suceda, si no es de su agrado, ni gloriarse del éxito, puesto que nada ha puesto de su parte.
El refranero popular nos ofrece unas ideas muy útiles que pueden servir de guía.
Para quienes votan siempre a los mismos, aunque lo hagan mal: "cada loco con su tema y cada lobo con su senda"
Para quien está en contra de quien ha gobernado:"a grandes males grandes remedios"
Para quien quiere saber lo que cada partido ofrece:"por el hilo se saca el ovillo"
Para quien tiene claro por qué vota a éste o aquél:"cada cual sabe dónde le aprieta el zapato"
Para los que no piensan en los demás:" barriga llena no cree en hambre ajena"
Para los que quieren medrar en un partido:" a la chita callando, hay quien se va aprovechando"
Para quien piensa que los "novatos" no lo harán bien:" con el tiempo y la paciencia se adquiere la ciencia"
Y, para los que no se van a molestar en ir a votar:" la ociosidad es la madre de todos los vicios"
Como dicen los toreros: " que Dios reparta suerte"
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