Nuestro ilustre Ayuntamiento, en su afán por dotar a la ciudadanía de espacios verdes, tiene una marcada inclinación hacia lo que califico como "jardines espontáneos".
Son esos conjuntos, más o menos informes, más o menos abigarrados, de hierbajos y arbustos diversos que, careciendo de "pedigree" botánico, comparten con los residentes en parques y jardines esa función clorofílica que les capacita para lucir el color verde que les caracteriza.
Aunque su habitat natural suele ser el campo, fuera de la ciudad, en ésta tienen gran querencia por los alcorques de árbol y bordillos de las aceras, por lo que no resulta insólita su aparición en el medio urbano.
Los servicios de Parques y Jardines, Imágen Urbana, Atención Urbana a los que presumo algún tipo de competencia en el cuidado de la ciudad, seguramente porque en alguna ocasión han escuchado eso de " corazón sin amor, jardín sin flores" son renuentes a extirpar estos elementos que ,para la mayoria, no son sino hierbajos y entendemos que no contribuyen, precisamente, al ornato de Alicante.
Que hace posible que nuestros pronto ex-ediles no presten atención a este aspecto de la ciudad? Abrazaron con ansia, en su momento, la consigna de "Alicante, guapa, guapa" y en lugar de hacerle un reconocimiento completo, se limitaron a poner maquillaje, por si colaba y algún despistado le "echaba los tejos" a la ciudad.
Bien cierto es que muchos la amamos, porque así fuimos educados, pero no lo es menos que hay otros ciudadanos que precisarían recibir algunas nociones de educación cívica y siendo el Ayuntamiento quien representa a los ciudadanos, debería ejercer esa función docente más, cómo hacerlo si ni siquiera puede dar ejemplo.
Asi, que nuestros "jardines espontáneos" seguirán no se sabe hasta cuando . Quizá ya han "tirado la toalla" y nada les importa que no sea encontrar su particular "puerta giratoria".
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