Uno,
que es curioso por naturaleza, camina por la ciudad y observa. La ciudad ya no
es lo que era cuando uno era joven y había muchos espacios abiertos, muchas
calles sin asfaltar y pocos mamotreto-edificios, porque eso de la especulación
no había desarrollado su particular visión de la ética.
Ahora
la ciudad está casi asfaltada, y digo casi, porque al menos hay un trozo sin
asfaltar en el barrio de El Pla, si mi memoria no me falla, en Calle Rio
Amadorio. Seguro que habrá una explicación para ello y muy buena, pero todavía
no he tenido la oportunidad de conocerla. Espero que no sea algo tan difícil
como el, al parecer, imposible acuerdo entre los partidos a nivel nacional,
para formar gobierno.
La
ciudad tiene muchas deficiencias cuya subsanación, con un poco de colaboración
ciudadana y un bastante de aportación municipal, podrían quedar resueltas. No lo
digo solo para que eso de “Alicante,
guapa, guapa y guapa” se hiciera
realidad (que con algunos matices ya me gustaría, aunque no participe de las
ideas de su promotora). También, porque la ciudad reúne los requisitos
necesarios para ser una ciudad amable. Pero ya se sabe que, muchas veces, lo
necesario no es, también, lo suficiente.
El
tema de la limpieza de Alicante deja mucho que desear. No voy a negar que hay
un componente que tiene que ver con la actuación de los ciudadanos, que ignoran
papeleras o dejan la basura en cualquier parte, o no tienen inconveniente en
que su perro satisfaga sus necesidades fisiológicas (en la puerta del vecino,
por supuesto, no en la propia).
¿Hace
lo suficiente la empresa de limpieza? ¿Controla lo necesario el Ayuntamiento de
Alicante?
Permítanme
que lo dude. Y no es una afirmación gratuita. Puedo probarlo en cualquier
momento.
Según
fuentes municipales, el coste de los 7 inspectores de limpieza, que dicen que
había, durante el año 2015 fue de 307.244,70 €, en el que se incluían 25.743,69
€ en concepto de “productividad”.
Esto supone alrededor de 29.321 € por inspector, al año, deducido el coste de
la S. Social. No parece que sea un sueldo despreciable…
¿Cuáles
son los cometidos de estos inspectores? ¿Qué se considera que es “limpieza”?.
Seguramente
son conceptos cuya definición es ardua. Tal vez por ello, cuando un ciudadano
como yo, en uno de sus paseos encuentra un imbornal como el de la foto, en el
que las malvas ponen su nota de verdor, debe preguntarse si el imbornal está
sucio o si se trata de una nueva estrategia municipal para incrementar el
número de zonas verdes.
Deberian tomarse un poco mas de interes en la limpieza de la ciudad, tambien los que la ensucian.....Buen artículo.
ResponderEliminarEstá claro, Miguel, pero si quien debe limpiar(y cobra por ello) no lo hace, hay quien lo toma como una "invitación" a ensuciar
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