Por razones de tipo
social, estudios o por otras, tengo varias cuentas de correo, wasap y un perfil
en Facebook, lo cual es coherente con esta sociedad que se dice que es la
“sociedad de la comunicación y la información”.
Sin embargo, cada día
albergo más y más dudas que, a la vez, se hacen mayores. Sin ir más lejos, hoy
he sumado no menos de 140 entradas a través de dichos medios.
Si presto la atención
que, sin duda, esperan quienes las envían, resulta que debo elegir qué otra
actividad abandono: disfrutar con mi familia, dar un paseo, visitar a los
amigos.
Porque, de otro modo, me
es imposible asimilar toda la información que recibo, parte de la cual no
servirá para nada, pero no puedo rechazar a priori, sin darle un vistazo, al
menos. Además, hay cuestiones que se transmiten, simplemente porque, quien lo
hace ,opina que son útiles o importantes, aunque ni se ha verificado dicha
utilidad, ni si la fuente es fiable, ni si es un tema de actualidad.
Así que estoy pensando,
seriamente, volver a lo antiguo. Esto es, ir a ver a mis amigos o llamarles por
teléfono. Así, tendré la posibilidad de saber a ciencia cierta su situación y,
si procede, cuando me dé la impresión de que han empezado a contarme
batallitas, despedirme diciendo que tengo la olla en el fuego o algo parecido.
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