Los
ciudadanos sin tendencia política e incluso quienes militaban en otros partidos,
hemos asistido, durante años, al declive de la ciudad de Alicante en virtud de
la inexistencia de gobierno, cuando no de un mal gobierno.
La
llegada al Ayuntamiento de gentes de izquierda, cuyo largo período en la
oposición hacía presagiar que algo de lo antiguo y malo habrían aprendido para
incorporar lo bueno y nuevo ha demostrado, en el tiempo que vienen gobernando, que
sus muchas protestas y promesas como opositores no han sido, salvo mínimas
excepciones, otra cosa que “más de lo mismo” en su etapa de gobierno.
Quizá
el “saborear” la estancia en despachos les ha hecho olvidar que los problemas suceden
en la calle y no entre las cuatro paredes del Ayuntamiento. Quizá no se han
enterado de que los ciudadanos, independientemente de nuestra filiación
política o ausencia de ella, lo que queremos, sencilla y realmente, es GOBIERNO. Y eso
significa que, a partir del momento en que accedieron a él, debieron arrinconar
“sus” fantasías, “sus” personalidades, “sus” programas, "sus"... para atender “nuestras” necesidades.
Así
que, tristemente, quizá tengamos que entonar, ante las ya cercanas elecciones,
aquello de “volverán las oscuras golondrinas…” con la esperanza de que lo que
venga sean estos simpáticos pajarillos y no aves carroñeras.
Aún
con el escaso margen de maniobra que da el tiempo que queda para las próximas
elecciones, cualquier emprendedor sudaría la camiseta, esforzándose para
cambiar el rumbo de la situación. Para eso solo haría falta voluntad. Bueno,
también saber lo que se trae entre manos.
Me
temo que ambas cosas no son fáciles…
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