Hoy, sorprendido por un lío de voces y gritos, me he asomado a una de las calles de mi barrio, El Pla y he visto a un guardia de Seguridad, probablemente de alguno de los centros comerciales próximos, forcejeando con una mujer que empujaba un carrito de niño.
Ambos iban, a cierta distancia, precedidos por otra mujer. Éstas aparentaban alrededor de treinta años y, sobre todo la que llevaba al niño, no paraba de vociferar.
En pocos minutos aparecieron ,entre Policía Local y Nacional, cuatro vehículos con sus correspondientes dotaciones y uno de los policías, dirigiéndose a la mujer del niño, dijo: "Tú ,otra vez" a lo que está respondió excusándose y negando haber hecho algo, cosa que no cuadraba con la bolsa que ,presuntamente,había abandonado en las proximidades.
No voy a poner en cuestión la celeridad con que apareció la Policía ni el trato que se dio a las mujeres, pues fue totalmente correcto.
Lo que me planteo es el hecho de que aparecieran cuatro dotaciones con sus vehículos para retener a dos presuntas raterillas. Mucha más presencia policial que la que hemos visto acompañar a algunos de nuestros más célebres y presuntos chorizos nacionales.
No es posible una central que coordine ambas policías e impida este despliegue innecesario de recursos ?
Los ciudadanos queremos efectividad y presencia policial, pero en coherencia con las necesidades. Seguramente habrá un buen número de jefes que tendrán buen número de cuestiones que atender, pero si se reunieran y llegaran al acuerdo de hacer un uso racional de los medios disponibles, además de la excelente labor policial tendríamos un importante ahorro.
Dejemos los cañonazos para las salvas de honor .
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