domingo, 18 de octubre de 2015

A RELOJ PARADO

Mi reloj está parado. No me refiero a mi reloj vital, ni a ése del pensamiento; éste último tan engrasado que ya me gustaría, ( ya !) que en algún momento me dejara tranquilo para poder saber qué es eso de tener " la mente vacía " cosa que, por supuesto, no es asimilable a "tener la cabeza hueca" algo que ,lamentablemente, no es infrecuente.

Pues el que está parado, es (nada más y nada menos) que el reloj del salón. Ése que, cuando ella me pregunta : "cariño, qué hora es ?", yo, como quien no quiere la cosa, aparto mis ojos del libro que estoy leyendo y, con absoluta certeza, digo: " es la hora de cenar". ( a veces es otra hora, por supuesto).

Pero, hete aquí que, desde hace unos días el reloj está parado. No hay señal de signos vitales y marca, a cualquier hora del día las nueve y doce minutos.

Le he movido la manecilla. He cambiado las pilas. He limpiado los contactos...Ni por ésas.

Obvio es decirlo, pero no saber la hora tiene una indiscutible ventaja: fácilmente me "pierdo" el telebasudiario, con lo que dejo de escuchar las consabidas sandeces y cruces de "halagos" con que buena parte de nuestros politiquillos intentan deleitarnos, pretendiendo cada uno de ellos ser el que dice la verdad.

Alguien podrá pensar que lo que quiero es huir de los problemas de nuestra sociedad, escondiéndome en el agujero de la insolidaridad. Podría ser cierto si no se diera el caso de que los problemas sin resolver vienen siendo los mismos desde hace tiempo y, lamentablemente, también son los mismos quienes, pudiendo hacer algo por resolverlos, siguen empeñados en otras cuestiones.

Así, que creo que no es sólo mi reloj el que está parado.

1 comentario:

  1. A pesar de estar parado tu reloj te da la hora exacta dos veces al día.

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