sábado, 30 de abril de 2016

EL VOTO

 


     El "enorme" interés desplegado por nuestros políticos nos ha llevado a la situación actual. Como se suele decir: "com el Tío Fava, lo mateix estic q´estava". Más bien peor, porque como andamos sobrados de dinero, ahora nos gastaremos alrededor de 170 millones de euros en unas nuevas elecciones, mientras que la Comunidad Europea nos reclama ajustes por más de 4.000 millones de euros. Una jugada genial. Para el recuerdo.

      El escritor José Saramago plantea una situación interesante en su libro "Ensayo sobre la lucidez" que, seguramente, a más de un político convendría estudiar, en torno al voto en blanco.

     El voto en blanco no es como el "cheque en blanco". Mientras este último es la imágen de la confianza, conscientes de que quien lo reciba hará un uso adecuado, el primero viene a demostrar que ya nada importa, que uno está tan harto de mentiras, ocultaciones, personalismos, corrupcion, etc. etc., que no queriendo decir, por educación,  "metáselo Vd. donde le quepa !!!", ofrece su opinión de esa manera cortés y delicada.

     No diré que sea la mejor opción de voto. Ni tampoco quien la recomiende. Tampoco es la peor. Me pregunto muchas veces para qué sirve el voto, si luego sus señorías hacen un uso torticero del mismo y lo convierten , a su antojo, en algo que lo mismo sirve para una cosa que para la contraria, siempre (eso sí) con criterios personales bien definidos :  a)que me mantenga en una situación de poder;b) que beneficie al partido (al mío,  naturalmente); c) que no se note mucho.

     En la calle uno puede encontrar particulares interpretaciones del voto,  que son demostrativas del singular "afecto" que se tiene a las elecciones.  





     No porque sean malas en sí,  puesto que toda nuestra vida se mueve en torno a  elecciones, sean del tipo que sean. Una vez será la respuesta a un exámen, otra será entre este o aquél trabajo, otra vez sobre casarse o no...

     El problema es cuando uno no puede decidirse por lo mejor y tiene que elegir lo menos malo. Y a esto nos ha llevado la corrupción,  la falta de transparencia,  la mentira, las "verdades" interesadas, la renuncia a la ética colectiva...

     Se dice, con frecuencia, "tenemos lo que merecemos".

     Mi pregunta es: "esto es lo que queremos ?"

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