lunes, 11 de abril de 2016

LA CIUDAD HERIDA



Paseando por la ciudad de Alicante, es inevitable fijar la mirada en las múltiples heridas que cubren sus calles, no tanto como tributo a las instalaciones de infraestructuras que utilizamos para hacer más cómoda (¿?) nuestra existencia, como  muestra de la inveterada costumbre, rayana en la tradición, de nuestras corporaciones municipales en no cumplir con sus obligaciones de control, de manera adecuada.

            No hay que caminar mucho para advertir zanjas que se taparon de cualquier manera, a veces con materiales inadecuados y que dejan visible su impronta sobre el negro del asfalto, o modificaciones de aceras o calzadas que se han dejado a medio acabar o, incluso, alguna calle sin asfaltar convertida por mor de las incívicas actuaciones de algunos ciudadanos en eventual cagadero de sus mascotas.

            Unos días atrás, contemplaba con asombro cómo, con gran profusión de medios técnicos y humanos, se llevaba a cabo la tarea de reponer el asfalto que había sido retirado recientemente durante la conexión a la red de alcantarillado de los desagües de un edificio. Y el asombro era, precisamente, porque se trataba de una obra reciente, en tanto que otras, similares y de mayor envergadura siguen, incluso años,  sin recibir el tratamiento para restituir la calle a su estado original.

            Me pregunto si hay empresas instaladoras que gozan de algún privilegio en este sentido o es, simple y llanamente, que no hay por parte del Ayuntamiento la correspondiente labor inspectora que compruebe que, una vez realizada la obra, se repone el pavimento a su estado original por quienes la llevaron a cabo.

            Mientras tanto, como siempre, si en alguna ocasión se asfaltan las zonas afectadas, los alicantinos pagaremos con nuestros impuestos por lo que desde el Ayuntamiento no se ha controlado.

Asfaltado en C/Gonzalo Mengual

Calle Rio Amadorio,sin asfaltar
Calle Dr. Sanchez Sanjulian


 
           
           

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