viernes, 20 de septiembre de 2013

JARDINES ESPONTANEOS DE LA CIUDAD DE ALICANTE(II)



            Si hay una flor que me guste, ésa es la margarita. Une la belleza a la sencillez y la humildad, pese a que tiene una variedad e intensidad de colores que la hacen digna de figurar en el ramillete perfecto. Seguramente por esa sencillez, la margarita suele permanecer ajena al ajetreo de la ciudad. Le gusta más el campo, los espacios abiertos, porque allí se encuentra libre, como en su propia casa y no tiene obligación ninguna de competir ni quitarle el terreno a ninguna otra planta.
            Muchas veces la he visto en las veredas de los caminos, en los solares abandonados, pero no suele prodigarse entre el ladrillo y el asfalto, aunque –sin duda- su presencia contribuye a dar una nota de alegría a esa masa gris/negra que es el suelo de la ciudad y en el que tantas y tantas veces fijamos nuestra mirada, no tanto por imitarla en modestia como para apartar la vista de los demás y sumergirnos en nuestros propios pensamientos.
            A todo el que le he preguntado si alguna vez ha deshojado una margarita, me ha respondido afirmativamente. Quizá por esa doble posibilidad que nos reporta el azar, cuando tomamos cada pétalo en nuestra mano. “¿Me quiere?”. “¿No me quiere?”. Hay quien dice que como tienen un número determinado de pétalos, según como se inicie la pregunta se puede conocer el final. Yo no lo he intentado así. Siempre he ido al grano, porque lo que importa es saber si te quieren. Si no es así, lo mejor es dar la vuelta y buscar a otra persona, porque el amor se tiene o no se tiene. Al menos el que pretendemos relacionar con la margarita, porque de otros amores, aún siendo importantes, no vamos a conseguir eso que buscamos de “entregar sin recibir nada a cambio”.
            Bueno, pues, a veces, el no amar la ciudad lo  suficiente como para cuidarla hace posible, durante el breve tiempo que la lluvia, los agentes atmosféricos o la bota del viandante lo permite, el disfrutar de la margarita silvestre y , también,  por eso viene a esta página


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