viernes, 29 de agosto de 2014

HABLANDO DE PERROS Y ALGUNOS DE SUS DUEÑOS



Un comentario que publiqué ayer  en Facebook junto  con una fotografía  en la que se veía a un perro orinando en una de las famosas y polémicas  setas  instaladas en una céntrica calle de nuestra ciudad , dio origen a furibundos alegatos de personas, obviamente dueñas de perros, que entendieron dicho comentario como un ataque personal, cuando no era otra cosa que una sugerencia sobre la conveniencia de no permitir el paso de dichos animales por una zona en la que  era habitual ver jugar a los niños.
Me hubiera gustado que quienes manifestaron sus ideas hubieran hecho alguna aportación positiva; más, tristemente para mí, todo se tradujo en expresiones justificando las actuaciones de perros y sus dueños, amparadas en que tanto el botellón como las terrazas de bares, como lo que tiran colillas, como los que escupen, etc.etc. generan también suciedad.
Uno que intenta, dentro de sus limitaciones, cumplir con sus deberes de ciudadanía, consciente de que ello le capacita para exigir sus derechos, encuentra-desafortunadamente-que hay una parte de ciudadanos para los que el incumplimiento ajeno de la ley justifica el propio incumplimiento. Lamentablemente, por parte del Ayuntamiento de Alicante se da pie a estos comportamientos, cuando no se ejerce la debida vigilancia ni se pone celo en que las normas, incluso cuando afectan a la propia institución se cumplan, como es el caso de los animales domésticos y solares.
Con anterioridad a este suceso he venido denunciando la situación de buena parte de la Calle Gonzalo Mengual y del solar de la Calle Dr.Clavero, anexo a la Escuela de Adultos Giner de los Rios, paso obligado para quienes pretenden ampliar su formación acudiendo a dicho centro, por la cantidad de suciedad en las aceras y el citado solar. Pese a tener constancia de que el Ayuntamiento conoce la situación, no se hace nada por remediarlo.
Y no se trata de emprender acciones coercitivas o sancionadoras. El primer y principal paso es dar a conocer  la ley, informar durante un tiempo prudencial y, posteriormente sancionar a quienes no quieren aceptarla, puesto que demuestran falta de respeto hacia los derechos del resto de ciudadanos.
Quizá el problema radica en que hay ciudadanos que consideran que tienen derecho a todo, aunque eso suponga una violación del derecho ajeno.

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