Como las famosas pilas del conejito aquél, que nunca se acababan, nuestros dilectos representantes políticos siguen en su interpretación personal de la comunicación. O sea:" hablo contigo, pero como si no". Y así un día tras otro.
Lo tenemos crudo. Uno no renuncia a gobernar. Otro quiere ser quien gobierne. Éste mira a uno y otro lado. Aquél quiere "vice gobernar" y, mientras tanto, hay un gobierno provisional pero ignoramos la provisionalidad de sus actuaciones.
Seguramente la culpa de muchos males de los que nos acosan es de la provisionalidad de las medidas de gobierno. Y no porque las medidas lo sean, sino porque quienes gobiernan tienen la mala costumbre ( hasta ahora, al menos) de hacerlo siguiendo el lema " mando y ordeno" pues, dicen,para éso les han votado. Así es, que vienen nuevas elecciones, hay cambios de gobierno y el nuevo hace lo posible por derogar lo que hay y poner lo suyo, que no lo que conviene.
Ni siquiera en el tema de la educación, que es absolutamente fundamental para garantizar un futuro, hay consenso. Así nos encontramos que las erráticas políticas partidistas de " quito lo tuyo y pongo lo mío " lo único que han conseguido es que el número de "tarugos" por metro cuadrado supere la media europea y mundial. Eso sí, tenemos muchas universidades con enormes zonas de aparcamiento y los criterios con los que se han regido para su creación sin de una lógica aplastante:" si tú tienes universidad, porqué yo no?"
Como bien dicen algunas malas lenguas: "para qué mejorar la Escuela si ningún político va a volver a ella" . Lamentablemente no son pocos los que sí van a la cárcel, lo cual quizá podría haberse evitado con una buena formación, impartida por buenos profesores amparados por un buen sistema educativo y con un fuerte apoyo social.
Me temo que estoy divagando.
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