Yo
no sé a los demás qué les parece, pero tengo la impresión, cada vez que oigo
hablar a los portavoces de las distintas fuerzas políticas, de que me están
engañando. Puede que no todos, o puede que no en todo, pero lo que juraría es
que no dicen toda la verdad.
Visto
lo cual, y siguiendo con mi habitual criterio de colaborar en todo aquello que
me sea posible, dentro de mis limitaciones, propongo varias cuestiones:
a
a)A
partir de ahora, se instaura como himno oficial de los portavoces nuestra
querida y afortunadamente recordada canción “Vamos a contar mentiras”
.(El hecho de que algunos la aprendiéramos en campamentos del Frente de
Juventudes no desvirtúa, en absoluto, su validez actual). Por si acaso, como
recordatorio, ahí va su inicio:
Ahora
que vamos despacio
ahora
que vamos despacio
vamos
a contar mentiras tralará
vamos a contar mentiras tralará
vamos a contar mentiras
Lo de dar el
tono ya lo tengo más complicado, porque siempre he sido duro de oído.
b) Por otra parte, hay una serie de postulados que conviene tener
presentes, como son :
“Las mentiras, por gordas que sean, siempre
hay alguien que se las cree”
“Si, cuando mientes, no miras a los
ojos del otro puede que cuele”
“Una mentira se convierte en verdad si
eres el que manda”
“En un debate, siempre es tu oponente
el que miente”
“Cuando el barco hace aguas, los políticos se van a
Telefónica”(adaptación
libre de proverbio) Esto no pega aquí
ni con cola, pero ya que se me ha ocurrido, lo pongo.
He creído
conveniente, además, el establecer, a modo de reclamo, una imagen más adecuada
con la actividad que se desempeña, de manera que, con sólo un vistazo, ya sabe
uno con quien está tratando.
Y eso es todo,
por hoy.
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