Supongo que a otros muchos españoles les ocurrirá lo mismo que a mí. Es decir, que no entienden nada de lo que se cuece en este país.
En esa tónica, el Diario Información de hoy, 14 de diciembre, nos marea con la noticia sobre una nueva opción de trasvase que supone obligar al agua a realizar un recorrido mayor, con las pérdidas por fugas, evaporación, etc. potenciales que eso significa y, además el coste de transporte y elevación de las aguas para superar las diferencias de nivel.
Somos, en el agua, también diferentes. Mientras en otros lugares se ponen de acuerdo y se aplican en hacer un uso racional y eficiente del agua, aqui seguimos empeñados, según el gobierno que caiga o según de donde provenga la idea, en gastar el dinero que no tenemos, con el único y exclusivo propósito de fastidiar al otro, ajenos al daño que se hace a la confianza, a la propia economía y a la credibilidad.
Alguna vez he expuesto mi opinión sobre la necesidad de que los partidos políticos consensúen determinadas políticas, entre ellas la de grandes infraestructuras, precisamente para impedir que los vaivenes de la política conduzcan a derrochar dinero, perder el tiempo e impedir su correcto funcionamiento .
Da la impresión de que , con tantos asesores en los que se gastan nuestros impuestos, los que gobiernan no actúan de manera objetiva, sino bajo el criterio de " no enmendalla", o es evidente que si todos sus planteamientos proceden de ideas suministradas por los asesores, el enemigo lo tienen dentro.
Pues bueno, tenemos regiones (la nuestra, sin ir más lejos) deficitarias de agua, en tanto que otras prefieren sufrir inundaciones o regar a pleno dia, con el sol en su máxima cota de insolación, antes que cederla. Todo ello, seguramente debe formar parte de esa política nacional, amparada por la Constitución, que nos hace a todos iguales y con los mismos derechos.
¿Será posible otra forma de hacer las cosas ?
Me niego a creer que no.
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