martes, 4 de noviembre de 2014

EL INSPECTOR SUAREZ Y EL ASESINO VEGETARIANO (II)

(continuación)



          En la estancia, apenas una leve claridad se filtraba entre los cortinajes que cubrían las ventanas. Sobre la mesa, las velas de los candelabros casi consumidas   arrojaban una vacilante y mortecina luz. Pequeñas estalactitas y estalagmitas céreas se habían formado bajo  cada uno de los brazos de los candelabros. Una copa medio llena de vino blanco y otra, volcada al otro extremo de la mesa, acompañaban a varios platos a medio consumir. Ana rodeó la mesa, corrió las cortinas y abrió las ventanas; era necesario airear el ambiente enrarecido por la combustión de las velas.
            Tropezó y estuvo a punto de caer. Miró hacia abajo. El cuerpo de Laura, tumbado en el suelo, con los ojos muy abiertos mirando al techo, tenía clavado en el pecho un cuchillo de trinchar carne. Ana se aproximó, superando su miedo. Tocó el rostro de Laura. Estaba frio, terriblemente frio. Sin poder evitarlo comenzó a gritar, mientras se dirigía hacia la puerta. Apenas transcurridos unos minutos apareció, jadeante, el vigilante jurado. “Lo siento”, dijo, “están reparando el ascensor y no he podido llegar antes. Dime, ¿qué ocurre?”
            Ana le interrumpió, gritando histérica. “¡Está, muerta, está muerta!”  , señalando en dirección al comedor.
            Víctor la apartó  y se adelantó hacia la estancia, descubriendo el cuerpo. Como si hubiera estado haciéndolo toda la vida, sacó de sus bolsillos unos guantes, se los puso y, tomando el  teléfono marcó, con decisión, una serie de números. Habló: “Llamo desde el apartamento 3 B del edificio Estrella, en Avenida Galaxia, 24. Se ha cometido un crimen”. Colgó seguidamente,  inquiriendo a Ana: “¿Has tocado algo?”. Ella negó con la cabeza mientras sollozaba. “Mejor” respondió Víctor y la acompañó, pese a su oposición, hasta el pasillo, donde la obligó a sentarse en uno de los sillones mientras decía: “He llamado a la policía. Voy a abrirles la puerta. No te muevas ni toques nada”. Ella  asintió.
(continuará)

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