(continuación)
“¿Qué hay en el otro plato?” inquirió
el inspector. “Una ensalada con lechuga,
tomate y espárragos”, respondió el Dr. Benítez. “le informaré, si obtengo más datos, cuando haga la autopsia”
añadió, retirándose.
“Bien”.
El Inspector Suarez, dirigiendo de nuevo su atención a Ana,
preguntó: “¿Seguro que no sabe con
quién iba a cenar?”. Esta negó con la cabeza.
Preguntó, de nuevo: “¿Conoce Vd. el restaurante El Cisne
Blanco?”. “No”. Respondió Ana. “Sé
que la señorita guardaba el teléfono en su guía personal” y señaló una
delgada guía encuadernada en piel, en cuya
portada estaba escrito :Teléfonos. Una carta, cuyo sobre estaba sin abrir,
separaba sus páginas. El inspector la abrió
y, entre varios nombres, leyó: El Cisne Blanco 900 20 30 40. En el sobre
estaba escrito a lápiz: Arturo a las 9; vegetariano.
Uno de los policías uniformados se
aproximó al inspector.”Hemos tomado
huellas y sacado fotografías. ¿Podemos levantar el cadáver?”. Este asintió
y dos de los asistentes del forense retiraron el cadáver en una camilla,
sacándolo del apartamento.
“Puede
Vd. irse a casa, señorita Ana”, dijo el inspector Suarez. “La
llamaré si necesito alguna aclaración.
Agradeceré que no abandone la ciudad hasta que pasen unos días. ¿Tiene Vd.
vehículo?·”
Ana asintió y salió, acompañada del
Inspector. Ambos tomaron el ascensor. Al llegar a recepción se despidió de ella
y dirigiéndose al vigilante de seguridad. “Vd.
es Víctor, ¿cierto?” dijo hojeando
su libreta de notas. “¿Puede indicarme
algo acerca de las visitas que recibía la señorita Laura?””¿Hay alguna cámara
que controle el edificio?”. Aquél respondió: “Tiene dos salidas, cada una de las cuales es controlada por una
cámara. Las grabaciones se guardan en la sede de la empresa Vigilancia y Seguridad, S.A”.
“Y,
de las visitas, ¿qué me dice?” insistió el Inspector
Suarez.
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